Si algo tengo yo es un imán para las situaciones sexuales más calientes e increíbles, y me encanta. Estando de vacaciones este verano pasado en la playita conocí a un chaval, Xavi. Estaba para comérsele. Piel dorada con el sol, ojos grandes y labios seductores, además de un cuerpazo. Me confesó que tenía novia. No me considero responsable de si algún chico pone los cuernos a su pareja conmigo, yo no tengo responsabilidad, son ellos, y Xavi no tenía problema. Tenía un chalé cerca de la playa al que había llevado a su novia de vacaciones.
Llevábamos tonteando dos días y ese día me llevó allí, aprovechando que su novia estaba en la boda de una amiga.
Debido al calor él ya estaba sin camiseta, sólo con el bañador. Yo llevaba un vestido veraniego y un bikini debajo. De lo caliente que me estaba poniendo y mientras Xavi no miraba me quité el tanga del bikini y rodeándole por la espalda le dije: "No llevo nada debajo" enseñándole el tanguita.
Se giró sonriente y me besó el cuello mientras pasaba por las curvas de mi cuerpo, tocando mis tetas y mis caderas. Notaba como su pene se endurecía.
Me tumbó sobre la mesa del jardín y me dijo que me iba a dar un buen festín. Sacándose la polla me la puso en la cara y la cogí de buen agrado. Empecé a tocarla y a dar rápidos lametones a su base mientras con la otra mano le tocaba los testículos.Él se dejó hacer mientras me desataba la parte de arriba del bikini y la sacaba, dejándome solo con el vestido. Cuando la tuvo un poco más dura se puso encima de mí, me quitó el vestido y empezó a lamer las tetas como yo le había lamido la polla. Fue bajando hasta mi vientre y después a mis ingles. Estaba cachondísima y pedí más, pero me dijo que tenía que ganármelo. Me levanté y me tumbé sobre él. Cogí su polla con dos manos y empecé a sacudírsela despacio y cada vez más rápido. Me agaché y le chupé el capullo mientras seguía masturbándole. Me dijo que me girara y pensé que ibamos a hacer un 69 así que le puse mi culito delante de la cara sin dejar de menear su polla. En vez de chuparme el coño me cogió el culo y me acarició los muslos. Me estaba poniendo cachondísima, así que me metí toda su polla en la boca. Apenas me cabía pero la chupé toda, pasé mi lengua alrededor de ella sin sacármela de la boca. Xavi me apartó el tanguita y pasó su dedo por mi clítoris. Yo no podía más de excitación, jadeaba y mi chocho estaba muy húmedo. Me giré y me puse encima de él, lista para meterme todo ese pollón, pero él me giró y se puso encima. Cogió su pene y me le pasó por el clítoris como había hecho antes.
- Métemela, métemela - pedí.
- Cuando estemos más calientes - dijo Xavi. Me mandó levantarme y se puso en un sofá del jardín. Fui donde él, me cogió del culo y me puso a cuatro patas sobre el sofá. Sentí como su pene iba adentrándose entre mis nalgas hasta encularme poco a poco. Fui soltando pequeños gemidos. Qué placer, aquella inmensa polla dentro de mi culito, saliendo y entrando bien suave y a la vez contundente. Xavi follaba genial, hacía un poco de todo y acababa teniendo ganas de todo. Quería chupar, acariciar su polla con las manos y que me la metiera por el coño. Me dio un par de azotes y gemí. Empezó a ir más rápido, lo más rápido que podía. Con cada sacudida yo gemía y él intentaba ir más rápido, mis dulces gemidos se volvían gritos de placer. Aguantó muchísimo dándome bien duro y cuando la sacó la seguía teniendo como una piedra. Era increíble. Me levanté y de pie intente metérmela por el coño de nuevo, pero el me cogió y apretándome bien fuerte del culo me llevó hasta un jacuzzi en su jardín. Me bajé de sus brazos e hice que se metiera primero, y después yo. El agua mojó nuestros cuerpos. Con mis piernas le rodeé y me dispuse a meterme ese portento por el chocho. Noté cómo me entraba y me ocupaba todo el coño, mientras cerré los ojos y solté un gemido de absoluto placer. Cabalgué sobre él ansiosa de más, no me cansaba de aquel pollón entrando y saliendo de mí. Me agarré las tetas y las apreté sin dejar de saltar como una loca. Xavi empezó a frotarme el clítoris y agarrarme el culo, haciendo las embestidas más fuertes. Con cada sacudida yo soltaba un gemido fuerte y excitante, que nos ponía aún más cachondos. De repente me la sacó y me cambió el sitio. Me senté en el asiento del jacuzzi, me abrió las piernas y volvió a metérmela, acariciándome los muslos. La intensidad y la profundidad aumentaron y el placer absoluto volvió. Sabía que le ponía cachondísimo que gimiera así que solté los mayores gemidos que pude, exteriorizando todo el placer que estaba sintiendo. No pasa a menudo, pero cuando él se corrió tuve un orgasmo, chillé más que nunca y nuestros gemidos se fusionaron.
Xavi se sentó en el borde del jacuzzi y yo corrí a coger su polla con mis manos y me la metí en la boca, saboreando el semen que quedaba. Con las manos se la meneé para que saliera más y chupé cada rincón disfrutando como disfruto siempre que chupo una polla. Tenía más ganas de chupar pero Xavi se levantó. Salí del jacuzzi detrás de él y le seguí hasta una hamaca.
- ¿Qué te parece si seguimos aquí? - preguntó juguetón. Se tumbó y me mandó sentarme sobre su torso. Gozaba de unas vistas estupendas de mi culito, y me dio un azote - Chupa como si fuera la última polla que vas a ver.
Me lo tomé en serio. Me agaché y me la metí en la boca. Nada tenían que envidiar a las actrices porno, más bien ellas deberían envidiarme, había chupado muchas pollas y con lo que me gustaba, lo hacía de muerte. La polla de Xavi estaba aún flácida pero las vistas que tenía y lo bien que yo chupaba estaba empezando a ponerle palote de nuevo. Me cogió las tetas y empezó a sobarlas y a juntarlas. Pronto empecé a ponerme cachonda y chupé con más ganas. Lamía la punta sin cesar y luego me metía toda la polla en la boca, la rodeaba con la lengua y hacía un movimiento como si él me follara la boca. Después le cogí los huevos y empecé a moverlos y a tocarle, mientras mi lengua chupaba la base de la polla y poco a poco iba subiendo. En cuestión de minutos la volví a notar dura. Cada lametón que daba la hacía poner más y más dura, hasta que fue una roca. Me volvía loca de gusto. Xavi quiso volver a cambiar de sitio, me cogió en brazos como la otra vez y me agarró del culo mientras, gozándolo. Me llevó al interior de la casa, a un salón muy grande. Se dirigió a una de las zonas, donde había un piano. Me dejó allí. Estaba frío, pero no me importó.
- Ponte a cuatro patas, quiero volver a romperte el culo, me está poniendo a cien.
Obedecí enseguida. Él era alto y llegaba perfectamente. Me reventó el culo de un golpe, aunque ya lo tenía abierto de la otra vez. Me moría de gusto, aquella polla tan dura y tan rica me había embestido. Mi gemido fue de lo más excitante. Xavi estaba tan caliente como yo. Empezó a darle muy fuerte para que gimiera, y vaya que gemí. La polla entraba y salía sin piedad, como había dicho él, rompiéndome el culo. Otro orgasmo, ya no sabía los que llevaba. Mis gemidos se entrecortaban con las embestidas. Su pene no se cansaba, le daba una y otra vez, penetrándome sin piedad. Sabía que se ponía cada vez más cachondo, que nunca había oído a nadie gritar como lo hacía yo, unos gemidos altísimos y excitantes, del orgasmo que estaba sintiendo por aquella penetración anal que me estaba dando. Recordando lo que le ponían mi culo y mis tetas le pedí que se corriera allí. Parte de su corrida fue a mis nalgas y la otra le echó en mis tetas. Las cogí y me las lamí.
Desde luego esa chico y yo congeniábamos para follar, así que no fue la única vez que lo hicimos. Nuestras ciudades estaban cerca, y volvimos a quedar. Pero eso lo contaré en otra historia, no tiene desperdicio, ya veréis ;)