Quedamos en la casa de Manu. Sus dos amigos se quedaron sorprendidos ante mí, sabían que estaba buena, pues Manu me follaba y les había hablado de mí, pero fui más de lo que se esperaban. Yo llevaba un grueso abrigo y unas botas de tacón. Cuando entré en el salón me quité el abrigo, y les mostré mi cuerpo desnudo. Era algo típico, pero les sorprendí y vi el deseo en sus ojos.
- Soy Sheila, encantada - dije sensualmente. Venía cachonda de casa, pensando en todo lo que me esperaba, así que pasé rápido a la acción. Me senté encima de Pablo, con una pierna a cada lado de su cuerpo y le toqué el paquete. Parecía duro pero tenía que crecer más. Me cogí las tetas y me lamí los pezones mientras le miraba. Manu se acercó y me agarró las tetas.
- Empieza conmigo y que vean qué bien lo haces.
Sin bajarme de encima de Pablo desabroché los pantalones a Manu y saqué su pollón. Cómo lo echaba de menos. La cogí con ansia y empecé mi trabajo. Pasé la lengua por toda la polla, sintiendo su calor y cómo me llenaba la boca. Me paraba en la punta y chupaba delicadamente haciendo que Manu se estremeciera y me pidiera más. Después empecé a subir y bajar la cabeza para que me follara la boca. Me encantaba aquello, sentirla, chuparla, era una chupapollas de las buenas y cada polla que chupaba me gustaba más. Manu llamó a Poli, que ya estaba cachondísimo mirándome. Él y Pablo se desnudaron y me permitieron ver sus pollas empalmadas.
- Pajéales - me dijo Manu.
Cogí cada polla con una mano y empecé fuerte, al ritmo que chupaba, subiendo y bajando la mano. Las tres pollas estaban en su punto máximo de dureza. Manu me mandó que parara con él, y me pasé a la de Poli, que parecía la más grande de los dos amigos. Una nueva polla que disfrutar. Como Poli estaba al lado de Pablo, pude usar las dos manos para pajear a este, mientras mi boca se concentraba en Poli.
Los dos gemían de placer, mientras mis manos masajeaban a toda velocidad el pene de uno y mi lengua recorría todos los rincones del otro. Qué cachonda estaba, seguro que más que ellos. Poli empezó a tocarme el coño.
- Mirad que mojada está la rubia, seguro que quiere que nos corramos encima de ella - dijo Poli - Te voy a dar el gusto.
Mientras chupaba sentí el semen corriendo por mi boca y me lo tragué todo, estaba ansiosa de más, chupé y chupé con fuerza. Poli gemía de gusto. Me estaba tragando su corrida y seguía chupando, eso le encantaba.
- ¿Quieres más?
Le miré a los ojos con deseo como respuesta lamiendo los restos de semen de su pene y de mis labios.
- Pues si quiere más - intervino Pablo dirigiéndose a Poli - haced que se corra mientras me la chupa.
- Sheila, ¿qué te parece si te follo el culito mientras se la chupas a Pablo? - me preguntó Manu.
- Me parece que voy a gozar como la perra que soy. Méteme el pollón ya. - pedí ansiosa ofreciéndole mi trasero.
La polla de Manu penetró en mis nalgas hasta entrar dentro de mi culo. Solté un pequeño gemido de gusto y me lancé sobre la polla de Pablo. Pollas, pollas, pollas. No encontraréis otra chupapollas mejor que yo, amo tener un buen pollón en la boca llenito de semen. Ansiosa de chupar, se lo hice con fuerza a Pablo, que gemía y me ponía la mano en la cabeza deseando más y más. Mi lengua pasaba por toda su polla, succionaba y me la follaba. Manu había empezado suave con mi culo pero ahora me daba caña de lo lindo. Su familiar polla y mi culo volvían a encontrarse salvajemente. Poli estaba cogiendo fuerzas para más.
- Esas tetas botando y culito me ponen cachondo enseguida - dijo sediento de placer - ¿Quieres que te folle duro?
- Te la dejamos para ti solita - dijo Pablo, y se alejó. Lo mismo hizo Manu, dándome una última y fuerte embestida por el culo. Yo quería seguir chupando y que me follaran el culo, pero la propuesta de Poli también me llamaba.
- Levántate - me dijo Poli. Hice caso y me puse frente a él. Me empujó hasta la pared, me subió las piernas a su cadera y de un golpe me metió todo. Estaba tan cachonda que a la primera embestida gemí de placer. Me follaba durísimo, pegándome unas embestidas terribles. Su polla se hundía bien dentro de mí y yo gemía y gemía. Pablo y Manu se masturbaban ante la visión de una espectacular rubia como yo gimiendo cachondísima, con las tetas botando y pidiendo más y más.
- SÍ, SI, SÍ, DAME MÁS, DAME MÁS - gritaba. Salía solo de mi boca, loca por el placer. Notaba como me llegaba el clímax. Mis gemidos se hicieron más constantes y altos y boté sin parar encima de la polla de Poli. De repente él me la sacó y me dejó en el suelo.
- Arrodíllate, te lo vas a tragar todo.
Obedecí y los tres me rodearon. No tardaron mucho en correrse encima de mí, uno tras otro, pero casi a la vez. El semen me caía por la cara y resbalaba hasta mis tetas. Yo lamí lo que pude. Después de una follada así el semen sabía a gloria. Me chupé las tetas lamiendo cada resto. Se les veía satisfechos, y yo también lo estaba. Como agradecimiento, les hice una pequeña mamada a todos y me fui. Estoy deseando ver a Manu de nuevo.
- Empieza conmigo y que vean qué bien lo haces.
Sin bajarme de encima de Pablo desabroché los pantalones a Manu y saqué su pollón. Cómo lo echaba de menos. La cogí con ansia y empecé mi trabajo. Pasé la lengua por toda la polla, sintiendo su calor y cómo me llenaba la boca. Me paraba en la punta y chupaba delicadamente haciendo que Manu se estremeciera y me pidiera más. Después empecé a subir y bajar la cabeza para que me follara la boca. Me encantaba aquello, sentirla, chuparla, era una chupapollas de las buenas y cada polla que chupaba me gustaba más. Manu llamó a Poli, que ya estaba cachondísimo mirándome. Él y Pablo se desnudaron y me permitieron ver sus pollas empalmadas.
- Pajéales - me dijo Manu.
Cogí cada polla con una mano y empecé fuerte, al ritmo que chupaba, subiendo y bajando la mano. Las tres pollas estaban en su punto máximo de dureza. Manu me mandó que parara con él, y me pasé a la de Poli, que parecía la más grande de los dos amigos. Una nueva polla que disfrutar. Como Poli estaba al lado de Pablo, pude usar las dos manos para pajear a este, mientras mi boca se concentraba en Poli.
Los dos gemían de placer, mientras mis manos masajeaban a toda velocidad el pene de uno y mi lengua recorría todos los rincones del otro. Qué cachonda estaba, seguro que más que ellos. Poli empezó a tocarme el coño.
- Mirad que mojada está la rubia, seguro que quiere que nos corramos encima de ella - dijo Poli - Te voy a dar el gusto.
Mientras chupaba sentí el semen corriendo por mi boca y me lo tragué todo, estaba ansiosa de más, chupé y chupé con fuerza. Poli gemía de gusto. Me estaba tragando su corrida y seguía chupando, eso le encantaba.
- ¿Quieres más?
Le miré a los ojos con deseo como respuesta lamiendo los restos de semen de su pene y de mis labios.
- Pues si quiere más - intervino Pablo dirigiéndose a Poli - haced que se corra mientras me la chupa.
- Sheila, ¿qué te parece si te follo el culito mientras se la chupas a Pablo? - me preguntó Manu.
- Me parece que voy a gozar como la perra que soy. Méteme el pollón ya. - pedí ansiosa ofreciéndole mi trasero.
La polla de Manu penetró en mis nalgas hasta entrar dentro de mi culo. Solté un pequeño gemido de gusto y me lancé sobre la polla de Pablo. Pollas, pollas, pollas. No encontraréis otra chupapollas mejor que yo, amo tener un buen pollón en la boca llenito de semen. Ansiosa de chupar, se lo hice con fuerza a Pablo, que gemía y me ponía la mano en la cabeza deseando más y más. Mi lengua pasaba por toda su polla, succionaba y me la follaba. Manu había empezado suave con mi culo pero ahora me daba caña de lo lindo. Su familiar polla y mi culo volvían a encontrarse salvajemente. Poli estaba cogiendo fuerzas para más.
- Esas tetas botando y culito me ponen cachondo enseguida - dijo sediento de placer - ¿Quieres que te folle duro?
- Te la dejamos para ti solita - dijo Pablo, y se alejó. Lo mismo hizo Manu, dándome una última y fuerte embestida por el culo. Yo quería seguir chupando y que me follaran el culo, pero la propuesta de Poli también me llamaba.
- Levántate - me dijo Poli. Hice caso y me puse frente a él. Me empujó hasta la pared, me subió las piernas a su cadera y de un golpe me metió todo. Estaba tan cachonda que a la primera embestida gemí de placer. Me follaba durísimo, pegándome unas embestidas terribles. Su polla se hundía bien dentro de mí y yo gemía y gemía. Pablo y Manu se masturbaban ante la visión de una espectacular rubia como yo gimiendo cachondísima, con las tetas botando y pidiendo más y más.
- SÍ, SI, SÍ, DAME MÁS, DAME MÁS - gritaba. Salía solo de mi boca, loca por el placer. Notaba como me llegaba el clímax. Mis gemidos se hicieron más constantes y altos y boté sin parar encima de la polla de Poli. De repente él me la sacó y me dejó en el suelo.
- Arrodíllate, te lo vas a tragar todo.
Obedecí y los tres me rodearon. No tardaron mucho en correrse encima de mí, uno tras otro, pero casi a la vez. El semen me caía por la cara y resbalaba hasta mis tetas. Yo lamí lo que pude. Después de una follada así el semen sabía a gloria. Me chupé las tetas lamiendo cada resto. Se les veía satisfechos, y yo también lo estaba. Como agradecimiento, les hice una pequeña mamada a todos y me fui. Estoy deseando ver a Manu de nuevo.