martes, 23 de diciembre de 2014

Sexpedida de soltero

Hoy vengo a contaros una de las pocas (¿...o han sido muchas?) ocasiones en las que aproveché mi puterío para ganar dinero. No soy puta, pero cuando surgen estas cosas...surgen. Un gran número de mis amigos tiene relaciones abiertas, entre ellos Dani. Por eso, su despedida de soltero iría mucho  más allá que una simple stripper, y por eso sus amigos contactaron conmigo para el trabajito. En realidad no fue exactamente así. Si recordáis a Celia, sabréis que es un auténtico putón, casi como yo. Si no la conocéis, buscad por mi blog porque su coñito y su puterío me han dado alguna que otra alegría. En esta ocasión, los amigos no se decidían entre ella y yo para el "trabajo". Pero no me sorprendió que se decidieran por mí cuando solo llevaba diez segundos chupándosela al primero de ellos. Aún así, les agradecí el gesto chupándosela a todos. Para que no se arrepintieran de su decisión...y porque me gustaba chupar demasiado, no voy a mentir. Pero si queréis ver en qué consistía mi trabajo...

El día indicado me presenté en la fiesta, en un gran apartamento. Era la única mujer, entre un grupo de chicos, muchos de ellos guapos, y mucho alcohol y ganas de liarla. Me serví un cubata bien cargado y fiché a mi alrededor. No tenía que cohibirme en absoluto así que decidí guarrear más que nunca. Me bajé el escote de mi vestido rojo súper ceñido y me subí la falda. Paseé entre ellos bebiendo y dejándoles ver cómo chupaba la pajita de mi vaso. Un tío musculoso, con unos preciosos ojos azules me paró.
-Eres Sheila, ¿no? La sorpresita de la fiesta...¿para los invitados hay posibilidad de algo o sólo para Dani?
Primer guarreo de la noche, me dije a mí misma. Me acerqué, rozando nuestros cuerpos al bailar, especialmente mi entrepierna con su paquete.
-No te voy a hacer ascos, ojazos...para eso estoy.
El tío me cogió del culo sin más miramientos. Mientras bailábamos mantuvo una mano ahí y subía otra por mi cuerpo hasta que llegó a mis tetas. Los chicos de alrededor se habían dado cuenta y le animaban. Uno de ellos se acercó y bailó detrás de mí, arrimándomela al culo. Me agaché y le rocé todo al más puro estilo twerk. El primer chico volvió a mis tetas, aunque esta vez me bajó el vestido para liberar una de ellas. Como no llevaba sujetador la sacó directamente. Hubo vítores alrededor, y vi a alguien diciendo que se apartaran porque llegaba Dani.
Cuando llegó hasta mí no me lo pensé y empecé a perrear salvajemente con él, tanto rozándole con el culo como con el coño. Él enterró la cara en mis tetas y empezó a chuparme la que tenía fuera.
Un par de cubatas y de perreo después dirigieron hasta el centro del salón, donde había una zona más alta. No me lo pensé y empecé a quitarme el vestido, era el lugar idóneo para que todos me vieran. No llevaba ningún tipo de ropa interior.
-¡Vaya ganas de polla trae esta!
Gritó un chico. Me acerqué a él, me pegué a su cuerpo y puse mi mano en su polla. Empecé a subir y bajar por encima de pantalón y en solo treinta segundos empezó a subir. El tío soltó un pequeño gemido. Me di media vuelta y noté que me dio un azote en el culo mientras se reía. Al volver donde estaba Dani me mandó ponerme de rodillas y quitarle los pantalones. Lo hice, liberando aquella enorme erección. Sabía lo que me iba a mandar y no aguantaba más sin hacerlo.
-Chupa - dijo al fin
Me aguanté mis enormes ganas de chuparla con ansia y pasé lentamente la lengua por ella, disfrutando de su anchura y longitud. Increíblemente se puso aún más dura. Empecé a chupar más fuerte, succionando, pasando la lengua y deteniéndole en la punta. Los chicos empezaban a ponerse más y más cachondos y me gritaban cosas. Dani se separó un momento, se echó nata en la polla y me la volvió a poner en la boca. Volví a chupar llevándome toda la nata y deseando que dentro de poco más cosas blancas entraran por mi garganta. El solo pensamiento de la corrida de esa polla me hizo chupar ansiadamente. Dani disfrutaba la mamada en silencio mientras fumaba de un porro que le habían pasado. Contra mi voluntad, me dio la vuelta, me mandó inclinarme hacia delante y me embistió el culo antes de que pudiera reaccionar. Me fastidió dejar de chuparla, pero sentir el placer de aquella polla en mi culo no era algo de lo que quejarse. Mi cara de placer y mis gemidos, al principio lentos y luego más rápidos y fuertes, empezaron a provocar tocamientos en el público. Pero Dani quería más, me puso en posición recta y sentí que mi culo se estrechaba en torno a la polla de Dani. Quedé expuesta ante los demás al estar de pie, y Dani empezó a sobarme las tetas y el coño.
-Lo tienes bien húmedo eh...
Los chicos enfrente de mí se pajeaban. Les miré uno a uno poniendo mi mayor cara de placer, mientras gemía con las embestidas de Dani, ahora más prietas en mi culo. Vi que aumentaban el ritmo de la paja.
Dani la sacó de mi culo dejándome de nuevo a medias.
Se dirigió a la gente:
-Creo que es el momento de agradecer a mi mejor amigo de toda la vida el haberme preparado esta gran despedida de soltero y todo lo que ha hecho por mí desde que éramos unos canijos. Carlos, acompáñame, amigo.
Si Dani era un golfo, Carlos no se quedaba atrás. Eran las versiones masculinas de Celia y de mí. Mis ansias aumentaron. Mi coñito se mojó a un más recordando el polvo que eché unos años atrás con Carlos, y me relamí los labios pensando en aquella vez que su rica, ancha y traviesa polla me llenó la boca.
Carlos subió a donde estábamos y dio las gracias a Dani con un abrazo. Dani le pasó el porro mientras él se desabrochaba los pantalones. No se los quitó, solo se sentó, manteniendo la espalda erguida. Liberó la polla, ya erecta, grande y jugosa, mejor de lo que recordaba. Me la señaló y me dijo:
-Chupa
Me lancé hacia él y arrodillada empecé a comérsela. Me la metí en la boca la primera vez entera y noté que me llenaba. Noté la sensación familiar de una polla ya chupada, especialmente placentera si es una polla grande. El aguante de Carlos era increíble. Me miraba chupársela y fumaba tranquilo, a veces asintiendo y sonriendo a los asistentes a la fiesta. Di lo mejor de mí buscando su semen, desesperada por tragármelo. Chupé la punta repetidas veces pero enseguida me la metí en la boca entera otra vez.
-Tío, mira a ver si te corres que me la quiero follar ya -insistió Dani
-¿Qué pasa que no te la sacas al mismo tiempo que yo para que estos desgraciados no vean que la mía es más grande? -dijo señalando a los demás y ellos se rieron.
-Qué cabrón, ya verás.
Carlos rió y a mi pesar me obligó a separarme de su polla. Me giró, me agachó y me empezó a embestir por detrás sin previo aviso, como había hecho Dani. La gente vitoreó al volver a ver mis tetas botando y cómo me daban por el culo.
Carlos me levantó y volví a sentir esa sensación de una polla en mi culo muy prieta y placentera. Me puso el porro en la boca y fumé. Dani se volvió a subir a donde estábamos y recé porque por fin alguien saciara mi coño. Se sacó la polla otra vez pero sin desnudarse, de forma que la única completamente desnuda era yo. Mis plegarias fueran escuchadas, y una vez más, como acostumbraban, me penetró con fuerza, pero por fin por el coño. Gemí al sentir las dos pollas al compás, tremendamente grandes y prietas. Alternaba los gemidos con caladas y mi mente volaba. Otra vez vítores al verme botar al ritmo de las embestidas, gimiendo. Carlos por fin se corrió y noté su gran corrida en el culo. Dani seguía con la misma fuerza. Ya no sentía el placer de dos pollas perforándome pero la polla de Dani saliendo y entrando ferozmente de mi coño me seguía haciendo gritar como una loca. Pronto llegué al orgasmo, y Dani aumentó el ritmo. Mis gemidos y las embestidas aún más bestias que antes le hicieron correrse dentro de mí.
La gente volvió a vitorear y Dani presumió y dio las gracias.
Yo, gracias a los porros y a la follada magistral, me dediqué a vagar desnuda por la fiesta, deseando más. No podía dejar que me follaran ya que Dani tenía esa exclusividad (que había compartido con Carlos) pero me llevé un par de dedillos que agradecí haciendoles pajas, dos manuales y una cubana a otro chico. Al final de la noche, cuando quedaban pocos, chupé otra polla. Ha sido mi noche más loca y más extraña, aunque lo bien que me follaron y lo protagonista que me sentí no lo cambio por nada, incluso lo habría hecho gratis...pero eso que me llevé ;)

domingo, 24 de agosto de 2014

Borrachera por chupapollas

Siento haberos dejado tanto tiempo sin relatos, por eso voy a daros otro relato ya. Aunque para doble ración de algo fue la que me dieron en esta ocasión . Y es que tuve polla para rato, aunque si sois habituales en mi blog sabréis que nunca me canso de las pollas. La noticia de una chica que cambiaba mamadas por alcohol en una discoteca me ha recordado algo parecido que hice...

En esta ocasión, íbamos a celebrar el cumpleaños de mi amigo Nando, y por ahorrarnos lo caros que están los bares decidimos comprar el alcohol nosotros mismos y beber en casa de Nando. Fuimos a comprar el alcohol horas antes de la fiesta, pero las chicas que iban a acudir prefirieron quedarse preprarándose y luego pagarían su parte, así que fui yo sola con Nando y otros cuatro chicos. Una vez en casa de Nando, me apetecía empezar a beber ya, y se lo dije. Como me lo negó, me insinué un poco arrimándome a él como broma. Otro de los chicos dijo que si me sobaba así contra él, sí me daría el alcohol. Lo que empezó como un juego se fue poniendo serio. Pegué mi culo a su paquete y me agaché hacia delante mientras lo movía, haciendo twerking.
-A ver si me voy a poner burro de verdad -bromeó el chico.
Vi a Nando comentando algo con los demás. Aprovechando que no miraban me giré y le agarré el paquete al chico con el que estaba zorreando.
-Esto es lo que pasa cuando bromeas con Sheila - dije mientras estrujaba su paquete, que empezaba a crecer.
-Sheila - me llamó Nando - les he comentado a los demás tu gran afición al 'disfrute'...estamos dispuestos a hacer un trato. Te daremos gratis del alcohol que hay sobre la mesa...si te comes todo lo que hay en nuestros pantalones.
Me apetecía. Cuando tienes fama de putita y muy abierta al sexo las propuestas llegan así de fácil muchas veces. Habría que ver qué tamaño y características tenían esas seis pollas,  pero los cuerpos de los chicos eran bastante apetecibles, y no voy a negar chupar una polla cuando se me presenta tan fácil.
Sonreí a Nando y me acerqué a él. Le agarré el paquete como había hecho con el chico y dije:
-Ve abriendo el vodka.
Le desabroché el pantalón y le empujé hasta el sofá para que se sentara y me desabroché la falda dejando que cayera al suelo. Me puse a cuatro patas sobre él y le bajé los calzoncillos. Los demás tenían una gran imagen de mi culo y mi tanguita. Nando no estaba listo para la chupada aún, así que di pequeños lametones desde la raíz a la punta provocándole. Otro de los chicos se sentó al lado de Nando, ya con la polla sacada y dura:
-Chúpamela a mí primero, que esto es buen género, rubia.
Me pasé de inmediato, pues era más grande que la de Nando y ya estaba buen durita. Me la metí de golpe y empecé a hacer cómo que me follaba la boca. A la vez pasaba la lengua de arriba a abajo y el chico empezó a gemir.
-Joder cómo chupa la puta - dijo entre gemidos- Vas a tener que acabar rápido conmigo y dedicarte a Romero, que lo está pasando mal y se va a correr antes que yo.
Romero era el chico que más bueno estaba. Era bisexual y los gemidos de Polo, el chico al que se la estaba chupando, le estaban poniendo burrísimo. Polo y Romero habían tenido acercamientos anteriormente y se decía que habían follado.
Romero se acercó mientras se bajaba los pantalones.
-A ver si me la vas a acabar chupando tú, Polo - dijo.
Sin embargo al ver aquello saqué de mi boca la polla de Polo y cogí con ansia el pollón erecto de Romero, sin dar tiempo a más dudas sobre quién chuparía. Era enorme, gigante. Cuando me la metí me llenó por completo la boca y chupé ansiosa y cachonda. Empezaba a notar el coño mojado mientras repasaba de arriba a abajo esa polla gigantesca. Qué cachonda me ponía. Para que os hagáis una idea, he tenido que parar y masturbarme con un vibrador antes de seguir escribiendo porque el recuerdo de ese momento me ha puesto extremadamente caliente.
Romero empujaba contra mi boca, y yo intentaba abarcar todo lo que podía. Detuve mi lengua en la punta e hice círculos para darle placer. Oí sus gemidos. No me resistí mucho más y me la volví a meter entera. Qué hambre de polla, soy insaciable. Me estaba esmerando de verdad en aquella mamada. Dejaba que mis labios se deslizaran por su miembro mientras mi lengua daba vueltas llegando a cada rincón que me permitía ese pollón. Otro de los chicos me giró hacia un lado y me desabrochó la camisa hasta quitármela. Mientras seguía chupando me quitó también el sujetador y liberó mis tetas.
-Vaya dos peras tienes - me dijo - ¿Te gustaría hacerme una buena cubana?
No quería separar la boca del pollón de Romero, así que como respuesta me agarré las tetas y me las sobé y apreté mientras le miraba.
- Tiene los pezones tan duros como mi polla, cómo le gusta a esta chupar - dijo el chico.
Nunca me ha preocupado mi fama de puta. Otras se esfuerzan en no tenerla y se quedan sin polvos apoteósicos, cuando son tan cachondas como yo. Yo aprovecho mi fama de puta y de chupapollas para follar y chupar aún más. Mi fama me llevaba a tener 6 pollas para mi solita esa noche.
El chico, Carlos, sacó su pene, un miembro no muy grande pero ya preparado y lo puso entre mis tetas. Las cogí y empecé a pajearle moviéndolas de arriba a abajo y estrujándolas contra su polla. Mi boca seguía trabajando en Romero. Mi lengua se detuvo de nuevo en la punta. Esa chupada y la visión de la cubana que le estaba haciendo a Carlos  provocaron que se corriera. Me puso aún más. Tragué y disfruté toda su lechita, que era muy abundante, mientras aumenté inconscientemente el ritmo de la mamada para obtener cada gota, y también la de la cubana.  Cuando saqué la boca de la polla de Romero me pidió que la volviera a abrir. Pensé que me iban  meter otra polla, pero recibí un chorro de vodka. El vodka bajó por mi garganta. Debí haberlo hecho genial, como siempre, porque me dieron bastante. Era la gloria, chupaba pollas, tenía lechita y después alcohol.
-Dadme otra polla - pedí ansiosa.
El siguiente chico no llamaba especialmente la atención, pero me sorprendió cuando se bajó los pantalones. Me relamí. Quinta polla de la noche, pero segundo POLLÓN. Me metí en la boca la polla del chico al que estaba haciendo la cubana mientras cogí el pene gigante y lo preparaba aún más durito de lo que estaba con alguna sacudida. Cuando mi boca se llenó de semen chupé con fuerza para llevarme todo, y al separarme recibí otro chorro generoso de vodka. Ellos también se pasaban la botella y bebían.
Finalmente me metí la polla gigante en la boca. Era aún más larga que la de Romero, pero no tan ancha.
-Venga, que al final me quedo yo sin nada - dijo Nando. Ya la tenía más que dura y aunque la idea inicial había sido comenzar con él, al final no lo había hecho. Se puso al lado del otro chico y me señalo su polla. Me cambié un segundo de polla para chupársela. No era tan grande como la del otro chico y noté que me cabía fácilmente en la boca. Aprovechándolo me la metí hasta el fondo y chupé fuerte. Nando gimió y aproveché para volver a la otra polla. La lamí de un lado a otro con ansia. Ponía la lengua en la base y la pasaba hasta arriba del todo, en un camino eterno y delicioso, porque aquello era un mástil enorme. Me la metí en la boca de nuevo un par de veces y chupé desesperada. Pasé de nuevo a Nando y seguí con los trabajitos, de la base a la punta, me detenía allí y hacía un repaso general. Cuando volví a cambiar de polla me dieron más vodka. Ellos bebían y Polo ya estaba borracho.
-¿Se puede repetir, cachonda? - me preguntó Romero, bajándose de nuevo los pantalones.
Tenía el pollón del otro chico en la boca y mis pocas ganas de sacármelo y responder le sirvieron a Polo para adelantarse. Se puso delante de Romero y se la cogió tan ansioso como yo la primera vez.
-Esta vez te la chupo yo - dijo relamiéndose. No se sabía si los rumores entre ellos eran ciertos, pero las ganas que se tenían sí lo eran. Polo chupó desesperado. La visión de alguien chupando la enorme polla de Romero me dio más ganas a mí (si era posible) de chupar las dos que yo tenía disponibles. Me detuve más tiempo en la polla gigante. Se la mamé tan bien que finalmente se corrió. Me detuve aún más para tragarme todo. Más semen aún para mí. Tan delicioso como las pollas.
-Te dije que no me dejases el último - me dijo Nando. Se colocó detrás de mí y empecé a sentir su polla entre mis nalgas. Después de mis chupadas resbalaba que daba gusto y entró pronto dentro de mí. Empezó a moverse y a embestirme con furia, cada vez más rápido.
-Yo quiero una chupada de esas, seguro que rompiéndote el culito las sigues haciendo igual de bien -dijo Carlos, acercándose con la polla dura.
Me la metió en la boca y comencé de nuevo el trabajo. Las sacudidas que me pegaba Nando, rompiéndome el culo, servían para meterme la polla de Carlos hasta el fondo.
-No chupas ni la mitad de bien que la rubia, cabrón -le dijo Romero a Polo, que había estado chupándosela. Evidentemente, no era posible hacer una mamada mejor que yo. - Como castigo te voy a joder el culo hasta que no puedas sentarte, que estos me han dado envidia.
Polo parecía disgustado por no chupársela más, pero Romero le dio otro trago de vodka y le giró para poner el culo de Polo delante de él. Después también bebió. Ambos estaban algo borrachos ya. Casi sin prepararle, Romero le metió su gigantesca polla por el culo, y Polo gimió de dolor y de placer. Mi chocho estaba mojadísimo. Me estaban dando por el culo, chupando una polla y estaba viendo la pollaza de Robero en acción. A todo este placer se sumó que Carlos se corrió y su semen llenó mi boca y bajó por mis tetas. Mientras yo misma me las tocaba y recogía el semen para chuparlo, una última embestida de Nando culminó también con su corrida. Vaya follada, pero nadie me había follado el chocho y necesitaba urgentemente una polla.
-Romero, métemela por el coño, necesito la tuya -le dije
-Cuando termine con este, puta - me respondió, aumentando el ritmo de las embestidas a Polo. Al lado de Romero y Polo el otro chico con la polla gigante se tocaba su gran instrumento, poniéndolo a punto otra vez.
-Si quieres yo te entretengo mientras -dijo Germán, que así se llamaba - Vamos a aprovechar que ya tienes el culito bien abierto.
Por segunda vez aquella noche me iban a joder el culo. Germán me puso a cuatro patas de nuevo y noté su polla entrando. Aunque tenía el culo abierto de antes, no entró tan fácilmnte como la de Nando, al ser tan gigante. Gemí de alivio al sentir de nuevo placer, aunque mi coño seguía pidiendo atención. Veía a Romero, incansable jodiéndole el culo a Polo, que estaba extasiado y se había corrido de puro placer. Por instintobquise chupar la corrida, pero me mantuve en el sitio disfrutando de la pollaza de Germán entrando y saliendo de mí. Mis gemidos estaban poniendo cachondos y más salvajes a todos. Un par de minutos de placer después, Romero se corrió en Polo, y este cayó borracho y extasiado mientras jadeaba.
Romero se me acercó. Germán me levantó un poco sin dejar de darme por el culo para que Romero tuviera acceso a la parte delantera de mi cuerpo. Empezó a tocarme las tetas, estimulandome los pezones, para más tarde metérselos en la boca. Con una mano bajó por mi vientre y me acarició el clítoris. Las embestidas de Germán hacían que lo rozara de arriba a abajo, y todo junto me hacía volverme loca de placer, gimiendo como una auténtica estrella del porno. Pese a que ya se había corrido dos veces, Romero sólo tardó diez minutos en tener lista la polla. Pensé en que tenía que follar con él más a menudo a partir de ahora, parecía ser un fanático del sexo como yo, y quién se resistía a esa polla...Me la metió de un golpe, llenándome totalmente con esa gran anchura. Tan fuerte como había entrado continuó. Me embestían por todas partes y yo gemía y gemía. Tener dos pollas tan grandes, sabrosas y salvajes dándome placer era perfecto. Un rato delicioso después, Germán se corrió. Todo el placer se concentró en mi coño y en Romero trabajándoselo. No duró tanto como cuando se la chupé, o cuando dio por culo a Polo, pero consiguió darme un par de orgasmos y un rato extremadamente placentero.
Al acabar, bebimos todos juntos mientras esperábamos a los demás, como premio por haberlo hecho tan bien.

miércoles, 23 de julio de 2014

Zorra oficial

Sé que llevo mucho tiempo sin subir entradas, pero he estado muy ocupada con determinadas cosas y nunca tenía tiempo, además quería recopilar buenos momentos que contaros...Aquí va uno de este verano. Aunque tengo programados más viajes en los que pueden surgir cosas, además de otros momentazos que tengo que contaros...;)

Recientemente mi amiga Celia, de la que ya he hablado, y otro amigo, Yago, han empezado a salir. Sé que ambos son muy liberales, y no veía futuro a una relación cerrada. En realidad, Celia es una auténtica zorrona, como yo, y Yago es un pichabrava. Nos gusta el sexo, no lo vamos a ocultar. Celia y yo nos queríamos ir juntas de vacaciones, pero Yago nos propuso ir con él a su chalet en la costa.

El primer día, mientras Yago iba a por bebidas, me metí en la ducha para despejarme del viaje. Celia entró mientras yo me enjabonaba para ir dejando sus cosas. Me comparó ese precioso chalet con la habitación donde habíamos estado un verano. Sé que tanto ella como yo nos acordamos del primer polvo que echamos juntas, con aquel extranjero. Después hemos echado alguno que otro, pero hacía un par de meses que no nos dábamos un buen revolcón juntas. Noté calor en mi coño pese al agua.
  -No crees...-oí la voz de Celia fuera - ...que deberíamos repetir algo como eso?
Tan directa como es ella siempre, abrió la cortina y se metió en la ducha sin quitarse la ropa.
   -Quiero un polvazo contigo, Sheila - me dijo ansiosa - Yago y yo podemos follar con quien queramos. El sábado miró mientras se la chupaba a un amigo.
   -Anda zorra, tanta polla tanta polla...echabas de menos un coñito.
No me hizo falta más. Me lancé a su cuello y empecé a lamérsele. Ella gruñó con gusto y me separó las piernas con una mano para empezar a frotarme el clítoris con la palma. El agua caía sobre mi cuerpo desnudo y mojaba la ropa de ella. Al no llevar sujetador se notaban los pezones duros bajo la camiseta. Se la quité y me abalancé sobre sus pezones, empotrándola contra la pared de la ducha. Como respuesta me metió dos dedos por el coño. Gemí aliviada, eso es lo que quería.
Ambas oímos cerrarse la puerta. Yago había venido. Celia se separó y salió del baño a su encuentro, con los diminutos shorts mojados y exhibiendo los pechos.
   -Yago, ¿qué tal un polvo de bienvenida con Sheila? - sugirió.
Yo estaba cachonda. Salí de la ducha y fui al lado de Celia. Agarré sus pechos y les lamí.
   -No todos los días puede follarse uno a la cachonda de su novia y a su amiga buenorra - dijo, empezando a ponerse caliente - Celia, demósla hasta que no pueda más de gusto. Personalmente, te voy a romper el culo, zorrita.
Creo que ya lo he dicho, pero me encanta que me llamen zorra. Me pone. Volví a lamer los pechos de Celia y mordí sus pezones, esta vez colocándome delante de Yago e inclinando el culo hacia él. Ni que Miley Cyrus hubiera inventado el twerking, yo ya ponía mis jugosas nalgas en el paquete de los tíos antes que ella y seguro que con mejores resultados.
   -Sheila, Sheila...-empezó Yago - Yo ya conozco a Celia, pero, ¿y a ti? ¿Te gusta que te manden, pequeña putita?
Dejé de morder los pezones de Celia y me giré hacia él, acerándome sensualmente
   -Estoy cachonda y dispuesta a todo.
Celia me agarró el culo por detrás con una mano, y con la otra me acarició el clítoris, moviendo los dedos.
   -Pues ahora ponme cachondo a mí - ordenó Yago - Besáos y tocaos hasta que una de las dos se corra...la que más aguante se llevará una recompensa.
Sus solas palabras ya me excitaban. Me giré haciendo que Celia dejara de tocarme y empecé a besarla y a masturbarla esta vez yo. Le metí dos dedos por el coño y gritó de placer. Estaba tremendamente lubricada.
  -En medio del pasillo no, gatitas...acompañadme.
Ansiosas de deseo seguimos a Yago hasta su habitación, la puerta más cercana. Él se sentó en un gran sillón.
  -Ahora sí, seguid - dijo con una sonrisa de placer.
Celia se me adelantó y se lanzó contra mis tetas, lamiéndome los pezones con fiereza y retorciéndomelos con una mano. Con la otra, metió hasta tres dedos en mi coño y empezó a darme fuertes sacudidas. Me quedé tan extasiada que tardé en reaccionar. Caímos las dos en la cama.
Busqué su coño bajando por el vientre y empecé a masturbarle el clítoris con fuerza. Gimió pero no paraba de meterme y sacarme los dedos. De un golpe, e igual que ella me estaba haciendo, le metí tres dedos y empecé a masturbarla. Empecé a gemir fuerte, tanto por lo que disfrutaba, como porque sabía que le ponía cachonda. Sabía que yo tenía que aguantar lo máximo posible para que Yago me diese mi "recompensa". Celia ya se había follado a ese bombón más veces, yo también quería. Pero ella gemía tan fuerte que cada vez me ponía más cachonda, y sus dedos masturbandome magistralmente me hacían sentir que iba a explotar de placer. Cuando no aguantaba más, de repente se separó de mí. Saqué los dedos de su coño cuando se levantó y vi cómo se agachaba para coger algo de su maleta. Su culito firme delante de mí me excitó aún más.
-Vuelve puta -le dije.
-Oye zorra, no me provoques, yo decido cuando te corres - me respondió ella lamiéndose los labios.
Cuando volvió traía un enorme consolador en sus manos. Se sentó a mi lado y empezó a lamer el consolador mirando a Yago sugerentemente. Vaya puta, hasta yo deseaba tener pene para que me lo chupase. Después de mí era la mejor chupapollas que había visto.
Después se tiró encima de mí y me metió el consolador de una estocada, que empezó a vibrar devolviéndome de nuevo esa sensación de placer. Nuestros pechos se tocaban y ella tenía los pezones tan duros que los notaba clavándose en mis tetas. Nos besamos apasionadamente, con nuestras lenguas jugando una con la otra. De repente Celia me dió un fuerte cachete en el culo y me corrí, mientras el consolador seguía vibrando dentro de mí. Celia lo sacó y empezó a lamerlo, esta vez mientras me miraba a mí. Lo lamió desesperadamente, buscando cada gota de sabor de mi coño.
-Gané...-me dijo la muy puta

Sin esperar se levantó y fue hasta Yago, que ya con la polla fuera esperaba pacientemente.Celia se sentó encima y gimió de placer. Empezó a botar cada vez más rápido sobre él y yo miraba con envidia. Eran muy excitantes juntos. La polla firme de Yago que penetraba sin piedad aquel jugoso coño...desde mi posición veía cómo entraba y salía con fiereza y me ponía a mil. Para cuando Yago se clrrió cubriendo todo el coño dd Celia de semen yo estaba cachonda perdida. Me levanté y llevé conmigo a Celia al suelo. Me agaché y empecé a lamerle el clítoris saboreando el sabor del semen que resbalaba y de su coño.
No me di cuenta de que mientras chupaba Yago se había recuperado y se preparaba para la acción. Conmigo aún agachada, sentí su pene entrar entre mis nalgas y finalmente dentro de mí. Estocada tras estocada me follaba el culo como un bestia y dandome placer sin parar. Celia empezó a gemir más fuerte y chupé su coño con más rapidez, animada por los empujones de Yago. Cuando ella explotó en un orgasmo Yago me giró bruscamente y me metió la polla de lleno. Continuó metiéndomela igual de bien que por el culo mientras me tocaba los pezones. Notaba su polla saliendo y entrando de mí tan placentera, y yo estaba tan cachonda, que mis gemidos y gritos parecían de un orgasmo continuo. Siempre me ha gustado hacer saber que disfruto y grito y gimo como una loca, me sale involutario.De una última y fuerte penetración Yago se corrió, derramando todo su semen dentro de mí. Los tres estábamos exhaustos y satisfechos, y seguros de que repetiríamos la experiencia.