Sé que llevo mucho tiempo sin subir entradas, pero he estado muy ocupada con determinadas cosas y nunca tenía tiempo, además quería recopilar buenos momentos que contaros...Aquí va uno de este verano. Aunque tengo programados más viajes en los que pueden surgir cosas, además de otros momentazos que tengo que contaros...;)
Recientemente mi amiga Celia, de la que ya he hablado, y otro amigo, Yago, han empezado a salir. Sé que ambos son muy liberales, y no veía futuro a una relación cerrada. En realidad, Celia es una auténtica zorrona, como yo, y Yago es un pichabrava. Nos gusta el sexo, no lo vamos a ocultar. Celia y yo nos queríamos ir juntas de vacaciones, pero Yago nos propuso ir con él a su chalet en la costa.
El primer día, mientras Yago iba a por bebidas, me metí en la ducha para despejarme del viaje. Celia entró mientras yo me enjabonaba para ir dejando sus cosas. Me comparó ese precioso chalet con la habitación donde habíamos estado un verano. Sé que tanto ella como yo nos acordamos del primer polvo que echamos juntas, con aquel extranjero. Después hemos echado alguno que otro, pero hacía un par de meses que no nos dábamos un buen revolcón juntas. Noté calor en mi coño pese al agua.
-No crees...-oí la voz de Celia fuera - ...que deberíamos repetir algo como eso?
Tan directa como es ella siempre, abrió la cortina y se metió en la ducha sin quitarse la ropa.
-Quiero un polvazo contigo, Sheila - me dijo ansiosa - Yago y yo podemos follar con quien queramos. El sábado miró mientras se la chupaba a un amigo.
-Anda zorra, tanta polla tanta polla...echabas de menos un coñito.
No me hizo falta más. Me lancé a su cuello y empecé a lamérsele. Ella gruñó con gusto y me separó las piernas con una mano para empezar a frotarme el clítoris con la palma. El agua caía sobre mi cuerpo desnudo y mojaba la ropa de ella. Al no llevar sujetador se notaban los pezones duros bajo la camiseta. Se la quité y me abalancé sobre sus pezones, empotrándola contra la pared de la ducha. Como respuesta me metió dos dedos por el coño. Gemí aliviada, eso es lo que quería.
Ambas oímos cerrarse la puerta. Yago había venido. Celia se separó y salió del baño a su encuentro, con los diminutos shorts mojados y exhibiendo los pechos.
-Yago, ¿qué tal un polvo de bienvenida con Sheila? - sugirió.
Yo estaba cachonda. Salí de la ducha y fui al lado de Celia. Agarré sus pechos y les lamí.
-No todos los días puede follarse uno a la cachonda de su novia y a su amiga buenorra - dijo, empezando a ponerse caliente - Celia, demósla hasta que no pueda más de gusto. Personalmente, te voy a romper el culo, zorrita.
Creo que ya lo he dicho, pero me encanta que me llamen zorra. Me pone. Volví a lamer los pechos de Celia y mordí sus pezones, esta vez colocándome delante de Yago e inclinando el culo hacia él. Ni que Miley Cyrus hubiera inventado el twerking, yo ya ponía mis jugosas nalgas en el paquete de los tíos antes que ella y seguro que con mejores resultados.
-Sheila, Sheila...-empezó Yago - Yo ya conozco a Celia, pero, ¿y a ti? ¿Te gusta que te manden, pequeña putita?
Dejé de morder los pezones de Celia y me giré hacia él, acerándome sensualmente
-Estoy cachonda y dispuesta a todo.
Celia me agarró el culo por detrás con una mano, y con la otra me acarició el clítoris, moviendo los dedos.
-Pues ahora ponme cachondo a mí - ordenó Yago - Besáos y tocaos hasta que una de las dos se corra...la que más aguante se llevará una recompensa.
Sus solas palabras ya me excitaban. Me giré haciendo que Celia dejara de tocarme y empecé a besarla y a masturbarla esta vez yo. Le metí dos dedos por el coño y gritó de placer. Estaba tremendamente lubricada.
-En medio del pasillo no, gatitas...acompañadme.
Ansiosas de deseo seguimos a Yago hasta su habitación, la puerta más cercana. Él se sentó en un gran sillón.
-Ahora sí, seguid - dijo con una sonrisa de placer.
Celia se me adelantó y se lanzó contra mis tetas, lamiéndome los pezones con fiereza y retorciéndomelos con una mano. Con la otra, metió hasta tres dedos en mi coño y empezó a darme fuertes sacudidas. Me quedé tan extasiada que tardé en reaccionar. Caímos las dos en la cama.
Busqué su coño bajando por el vientre y empecé a masturbarle el clítoris con fuerza. Gimió pero no paraba de meterme y sacarme los dedos. De un golpe, e igual que ella me estaba haciendo, le metí tres dedos y empecé a masturbarla. Empecé a gemir fuerte, tanto por lo que disfrutaba, como porque sabía que le ponía cachonda. Sabía que yo tenía que aguantar lo máximo posible para que Yago me diese mi "recompensa". Celia ya se había follado a ese bombón más veces, yo también quería. Pero ella gemía tan fuerte que cada vez me ponía más cachonda, y sus dedos masturbandome magistralmente me hacían sentir que iba a explotar de placer. Cuando no aguantaba más, de repente se separó de mí. Saqué los dedos de su coño cuando se levantó y vi cómo se agachaba para coger algo de su maleta. Su culito firme delante de mí me excitó aún más.
-Vuelve puta -le dije.
-Oye zorra, no me provoques, yo decido cuando te corres - me respondió ella lamiéndose los labios.
Cuando volvió traía un enorme consolador en sus manos. Se sentó a mi lado y empezó a lamer el consolador mirando a Yago sugerentemente. Vaya puta, hasta yo deseaba tener pene para que me lo chupase. Después de mí era la mejor chupapollas que había visto.
Después se tiró encima de mí y me metió el consolador de una estocada, que empezó a vibrar devolviéndome de nuevo esa sensación de placer. Nuestros pechos se tocaban y ella tenía los pezones tan duros que los notaba clavándose en mis tetas. Nos besamos apasionadamente, con nuestras lenguas jugando una con la otra. De repente Celia me dió un fuerte cachete en el culo y me corrí, mientras el consolador seguía vibrando dentro de mí. Celia lo sacó y empezó a lamerlo, esta vez mientras me miraba a mí. Lo lamió desesperadamente, buscando cada gota de sabor de mi coño.
-Gané...-me dijo la muy puta
Sin esperar se levantó y fue hasta Yago, que ya con la polla fuera esperaba pacientemente.Celia se sentó encima y gimió de placer. Empezó a botar cada vez más rápido sobre él y yo miraba con envidia. Eran muy excitantes juntos. La polla firme de Yago que penetraba sin piedad aquel jugoso coño...desde mi posición veía cómo entraba y salía con fiereza y me ponía a mil. Para cuando Yago se clrrió cubriendo todo el coño dd Celia de semen yo estaba cachonda perdida. Me levanté y llevé conmigo a Celia al suelo. Me agaché y empecé a lamerle el clítoris saboreando el sabor del semen que resbalaba y de su coño.
No me di cuenta de que mientras chupaba Yago se había recuperado y se preparaba para la acción. Conmigo aún agachada, sentí su pene entrar entre mis nalgas y finalmente dentro de mí. Estocada tras estocada me follaba el culo como un bestia y dandome placer sin parar. Celia empezó a gemir más fuerte y chupé su coño con más rapidez, animada por los empujones de Yago. Cuando ella explotó en un orgasmo Yago me giró bruscamente y me metió la polla de lleno. Continuó metiéndomela igual de bien que por el culo mientras me tocaba los pezones. Notaba su polla saliendo y entrando de mí tan placentera, y yo estaba tan cachonda, que mis gemidos y gritos parecían de un orgasmo continuo. Siempre me ha gustado hacer saber que disfruto y grito y gimo como una loca, me sale involutario.De una última y fuerte penetración Yago se corrió, derramando todo su semen dentro de mí. Los tres estábamos exhaustos y satisfechos, y seguros de que repetiríamos la experiencia.
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