sábado, 30 de enero de 2016

Época de mamadas

Voy a contaros una serie de minirelatos de distintas mamadas que creo que no dan cada una para una historia aparte, así que las pondré todas juntas. Espero que lo disfrutéis ;)

Que me gusta chuparla no es una novedad para los que ya me conozcáis. Se tiene la creencia de que el sexo oral es un favor que muchas chicas hacen, y no un disfrute. Para mí, tener una polla en la boca es una satisfacción plena. Notar el tacto, el calor, todo llenándome la boca...es una de las mejores partes del sexo para mí, y sé que también para los tíos que me follo, así que nunca pueden faltar las mamadas rápidas o mamadas que hago en momentos puntuales, cuando sé que va a gustarle especialmente al tío. Tampoco va conmigo lo de "cuando te vayas a correr avísame". No voy a dejar pasar el momento cuando el tío se descarga por completo. El semen es la prueba de lo bien que se la has chupado. Para mí es hasta un dilema elegir donde quiero que se me corran, porque me pone muchísimo ver todo el semen sobre mis tetas, pero también me encanta notarlo en mis labios, en mi boca, y tragármelo. Si haces una mamada, la haces bien, y disfrutas de lo que te da la polla. 

Si leéis mis relatos de "La polla más grande de mi vida" veréis que mi polla preferida para chupar (y para que me folle) es la de mi follamigo Manu. Habiendo descubierto lo aficionado que es a los videojuegos, aprovecho siempre que le veo jugando para preguntarle si quiere una mamadita mientras. No es que consiga sus mejores partidas cuando estoy disfrutando de su pollón en mi boca, pero sé que le pone muchísimo. Él se sienta en el sofá con las piernas abiertas y el mando, y yo me arrodillo delante en el suelo. Le hago jueguecitos hasta que se empalma y empiezo mi sesión. La primera vez que lo hice también estaba la zorra de Raquel, a quien podéis conocer por el mismo relato. Habíamos estado follando las dos por un rato largo pero queríamos polla de verdad, y Manu estaba en el salón jugando. Desnudas, nos acercamos a él y le desabrochamos el pantalón. Traviesas, empezamos a chuparla a la vez, dando lametones cada una desde un lado. No tardó en ponérsele dura. Aunque nuestro plan era ir despacio ninguna pudimos resistirnos cuando la notamos aún más grande y dura y empezamos a chuparla con más ansia. Nuestros labios rozaban entre ellos mientras buscábamos meternos más polla en la boca. Nos turnamos. Primero se la metía un rato Raquel entera. Yo disfrutaba viendo cómo le llenaba la boca por completo. Los labios gruesos de aquella diosa en torno a una polla gigante, entrando y saliendo de su boca. Aunque me encantaba verla chupar pedí paso para chuparla otro rato yo. Manu casi ni nos miraba. Seguro que no era la primera vez que se lo hacían. Cualquier chica le haría lo que fuese a esa polla. Cuando se empezó a correr me aparté para que lo hiciese sobre las dos, dejándonos las tetas y el cuello llenos de lefa, que nos chupamos la una a la otra.
Las mamadas mientras Manu juega o ve la tele son habituales y me pone el reto de tener que distraerle, de que me ignore y tenga que esmerarme más aunque sé que en el fondo se muere por mis mamadas. Por mis mamadas, por mi coño o por mi culo. Le encanta mantenerme de pie, con el torso hacia adelante y el culo bien abierto para follármelo mientras ve alguna serie. Se ha convertido en una práctica habitual y me encanta.


Hace unos meses me conseguí un trabajo temporal de camarera durante un mes. A los tres días me estaba follando a mi compañero en los baños del bar tras cerrar, pero poco después cambiaron su horario y su turno acababa antes de la hora de cierre. Solo tenía libre un rato para comer. Durante los dos meses siguientes le hacía una mamada diaria mientras él comía, y me tragué todas y cada una de las corridas. Me mantenía bajo la mesa mientras comía y le hacía mis mejores trabajos, buscando que se corriera mucho y rápido. Este ha sido el período de tiempo que más mamadas he hecho, ya que a la vez quedaba varios días a la semana con Manu. Me servía para practicar y luego comerle la polla a él.

Tras esos dos meses en los que la chupé como nunca, el trabajo se acabó y Manu se fue de vacaciones con su novia, así que tuve que currarme un nuevo ligue por ahí para mantenerme en forma. Me había acostumbrado a mis pollas fijas y debía volver a la caza. Pasé una semana sin follar y después de haberme pasado follando y chupándola casi a diario empecé a volverme menos exigente con mi siguiente polvo.
Así que el día que quedé con un amigo para que me llevase en coche hasta la zona de fiesta donde iba a ligar, no aguanté ni el viaje y me puse a zorrear allí mismo. Por supuesto ya habíamos follado hacía años, pero no me había interesado volver a hacerlo y él quería ser fiel a su novia. Pero necesitaba sexo y no tenía por qué buscar más. Al principio se negó pero cuando llevé la mano a su paquete y empecé a tocárselo se dejó hacer. Le dije que nadie se enteraría de una follada rápida. Llevó el coche hasta una carretera más apartada de la ciudad y nos sentamos en los asientos traseros. Estaba a punto de metérmela cuando le llamó su novia por teléfono. Yo ya estaba con la falda abajo y el coño preparado, no me iba a quedar sin polla. Me dijo antes de contestar que era mala idea y que mejor parábamos. Pero cuando contestó, volví a sacarle la polla, que seguía erecta aunque se la había metido en los calzoncillos, y empecé a masturbarle mientras le miraba. No se resistió. Poco a poco me arrodillé y empecé a darle chupaditas sin dejar de mirarle. Hablaba como podía con la novia, con frases cortas, contestándole que estaba de camino, que se había liado un poco. Ahora yo me había comido entera la polla, y mientras la rodeaba con toda la boca pasaba la lengua por la punta. Después me centré aún más en esa zona, absorbiendo con los labios y apretando con la lengua. "No...no me pasa nada..." contestaba como podía a la novia. Yo oía la voz de ella a través del teléfono. "Tengo que colgar" le dijo a toda prisa, y justo entonces se corrió. Qué rico sabe el semen cuando llevas un tiempo sin probarlo. Abrí la boca y cerré los ojos recibiendo toda la corrida. A los dos nos había dado un morbo terrible lo de la novia por teléfono. Creo que él quería follarme también ese día, pero a mí me había valido con la chupadita, y fue cuando llegamos a la fiesta cuando me busqué a un tío que hiciera las labores. Ya que estaba, quería varias pollas diferentes aquella noche. Ese día tocó un chaval al que ni siquiera oí hablar, solo nos metimos al baño y me dio un poco por el culo y otro poco por el coño.
Lo que más me puso de aquella noche fue que, tonteando y haciendo bromas, la novia de mi amigo y yo nos morreamos durante un par de segundos, fruto de un juego y del alcohol. Ella nunca sabría que la boca que besó había tenido la lefa de su novio un par de horas antes. 

 He tenido que chupar pollas que en un principio no me habría planteado chupar, pero que por alguna circunstancia acabé haciendo. Por ejemplo, un mes que iba muy justa de dinero y no me sobraba para comprarle la maría al tío que me la pasa. Iba a pasar de ella pero las fiestas en casa de mis amigos no son igual si ellos van fumados y yo no, así que acabé haciéndole una mamadita en el baño de una de las fiestas. Mientras se la chupaba él me iba dando caladas de un porro. Se las iba pagando al momento, prácticamente. Una mamada siempre es algo que disfruto, así que acabé chupándosela a otros dos colegas suyos a cambio de otros cuantos cogollos. Desde entonces no he vuelto a pagar dinero por la maría. Cuando se me acaba, quedo con alguno de los chavales y les hago mis trabajitos. ¿Me siento una puta? Un poco. Y me encanta. Si puedo intercambiar ya no sexo, sino una simple mamada por algo por lo que ellos cobran dinero, es que soy buenísima. Aunque eso ya lo sabía.

Como veis últimamente siempre tengo la boca llena, está siendo una buena época. Si os digo la verdad, follaría casi exclusivamente con mujeres si no adorase tanto hacer mamadas, el sabor de una buena polla y su lefa en la boca y su fiereza en el coño, o rompiéndote el culo. Pero me entenderéis si me vuelven loca los pechos suaves, con pezones duros como rocas para chupar, y el chochito jugoso y mojado de una mujer. De hecho, me paso mucho tiempo con una gran mujer que he conocido hace unos meses, y que vosotros también conocéis porque ya ha salido en un relato, y en este mismo también: mi putita Raquel. Nos ayudamos de juguetes para follar como locas pero siempre volvemos a las pollas reales, sobre todo la de Manu. Tengo muchas ganas de contaros las experiencias que vivo con ella, pero no sé si os llamaría tanto la atención. Personalmente amo follar con esa zorra. Hacedme saber vuestra opinión ;)

lunes, 4 de enero de 2016

La polla más grande de mi vida 2º parte...y un nuevo chochito

Habían pasado dos días desde que el tío con el trabuco más grande que había visto en mi vida me había follado como nunca antes, y me subía por las paredes. Esa misma noche había tenido un sueño erótico con él y me había levantado con el coño mojadito mojadito. No se me había pasado en todo el día el calentón, había sido fiel a mi promesa de no follar ni masturbarme para esperarle. Incluso ahora me he puesto cachondísima nada más pensarlo y eso que ni he empezado con lo bueno (aunque me pongo cachonda con todo lo que escribo recordándolo). Tened presente mientras leéis que esto seguramente no lo haya podido escribir entero sin satisfacerme el coño ya fuese con los dedos, con el vibrador o con la lengua de Celia, que tengo las tres cosas muy a mano.
Manu, que así se llamaba el tío en cuestión, me había dejado dos días atrás con el coño y el culo completamente abiertos, y deseando más y más, bajo la promesa de follarme dos días después de nuevo. Claro tenía que esta tampoco iba a ser la última vez. Con este ha tenía dos follamigos con el mismo nombre, y esperaba que este me durara tanto como el primero.
Taconazos, top enseñando el ombligo y minifalda amplia, porque por encima de marcar culo está el poder abrirse de piernas fácilmente para follar incluso sin desvestirme. Iba con la idea de un polvo rápido en el coche antes de salir del parking. La ropa interior era algo que ese día se quedó en casa.
Llegué al parking de su trabajo y esperé junto a su coche a que saliese. Pasaban los minutos, que se hacían horas. A los 20 minutos le mandé un Whatsapp preguntándole si iba a tardar. Me respondió con una foto de su polla. El problema es que no salía solo su polla, si no una tía chupándola. Él decía que tardaría lo que tardara en correrse. Si era posible, me sentí más cachonda, y a la vez celosísima. No por él, si no por su polla. Nadie se la iba a chupar mejor que yo, ¿por qué había otra disfrutándola? Entré a la oficina desde el parking. Estaban todas las luces apagadas pero vi resplandor por donde estaba el baño. Me dirigí hacia allí y los encontré aún en medio de la mamada, ni siquiera se habían escondido un poco.
- Oh, hola Sheila - dijo Manu cuando entré - Parece que alguien estaba impaciente. Le dije a Raquel que había quedado y que hoy no podíamos divertirnos juntos, pero ha sido muy convincente
- Yo también puedo ser muy convincente para que te vengas conmigo - respondí
La otra tía ahora le estaba chupando los huevos mientras le hacía una paja.
- Podéis compartirla. ¿Estás de acuerdo, Raquel?
La chica asintió sin sacarse los huevos de la boca. Me estaba poniendo más cachonda a pesar de la envidia.
- Deja un ratito a Sheila ahora.
Dejó de chuparle los huevos a regañadientes y yo me acerqué a él rápidamente. Me arrodillé y le cogí la polla con las manos. Qué ganas de tenerla para mí. Aunque la tuviese que compartir con esa putilla seguro que Manu sabía apreciar mi mamada por encima de la suya. Por fin me la metí en la boca, llenándomela, ansiosa. Por fin tenía aquel pene en mi boca de nuevo. Lo lamí de la base hasta la punta una y otra vez, disfrutando de su largura. Pero mis ansias pronto me hicieron dejarme de lametones y metérmela entera (o lo que pudiese) en la boca. Con ella dentro seguí pasando la lengua por todas partes. Poco después noté que me empujaban. La otra tía quería que le devolviese la polla, pero no lo haría por nada del mundo. De pronto me metió dos dedos en el coño. Me pilló totalmente de sorpresa y gemí de placer. Habría descubierto que no llevaba ropa interior y lo aprovechó. Con la mano que le sobraba me giró la cara y comenzó a besarme. Le seguí el rollo, la tal Raquel sabía usar la lengua. Ahora entendía por qué Manu le dejaba chupársela. Me metió un tercer dedo y me tumbó en el suelo.
- Por qué poco se distrae esta - dijo. Tenía una voz super sensual, quizá por la situación en la que estábamos, pero me puso un montón - Yo por nada del mundo dejaba esta polla
Me sacó los dedos y se giró a chupársela a Manu, que había estado pajeándose mientras nos miraba. Quise volver a la acción yo también, pero me paró.
- Deja que me la chupe Raquel, que ella lo empezó - me dijo. La muy puta volvía a tener la polla para ella sola, estaba dándole chupaditas en la punta y tenía las manos cogiéndola por la base. Estaba sedienta de polla, viendo cómo se la chupaban a Manu y me acababan de hacer un dedo que me había puesto aún más cachonda, así que tuve la tentación de meterme los dedos yo sola. Iba a explotar de excitación. Empecé a meterme uno
- Sheila, si te haces un dedo no te dejo chupármela hoy - me dijo Manu severo. Dudaba que él quisiese quedarse sin mi mamada, pero aquella tía se la estaba haciendo muy bien y la sola posibilidad de que se conformara con eso y cumpliese mi castigo me hizo parar. - Ven aquí y levantate el top.
Me acerqué detrás de Raquel de forma que mientras ella se la chupaba Manu tuviese enfrente mis tetas. Habría visto mis pezones duros como una roca tras la tela. Empezó a tocármelos y pronto acabó chupándomelos. Paró para gemir un instante y miré abajo para ver a Raquel con la boca abierta, recibiendo todo el semen. Algo se le estaba cayendo en el escote. Pensé que si ella se había tomado las libertades de masturbarme yo podría quitarle esas gotitas de leche que tenía en las tetas. Me arrodillé junto a ella y me abalancé chupándole el pecho, y fui subiendo hasta llegar a sus labios. Compartimos la corrida que aún tenía en ellos. Aunque ya no tenía más semen en ellas, volví a bajar a sus tetas y las saqué de la blusa para chupar el pezón. Me había gustado esa tal Raquel.
- Raquel y yo habíamos pensado en que podríamos disfrutar los tres hoy. Tenemos algunas cosas pensadas...- dijo Manu a mi espalda.
- Me gustas, y te he gustado. Imagina cómo podríamos disfrutar hoy...- me dijo Raquel al oído entre débiles gemidos, con esa voz tan sensual, mientras yo seguía sin poder separarme de sus maravillosos pezones. Haciendo un gran esfuerzo dejé de pasar mi lengua por ellos
- Vamos.

En el coche Raquel y yo íbamos descubriéndonos. Sin mediar palabra nos habíamos metido las dos en la parte de atrás, pensando en lo mismo. Nos volvimos a fundir en un beso mientras nuestras manos buscaban los pechos de la otra. Toda la vida con unas tetas enormes y ambas deseábamos tener otras en las manos. Las suyas eran sedosas, los pezones grandes y duros, y solo tocarlos me provocaba tanto placer como ella cuando tocaba los míos. Bajé su cabeza hacia mis tetas y ella misma me las sacó de nuevo del top, para chupármelas y repasar con su lengua todo mi pecho como yo había hecho con ella antes. Pensé en el placer que me podía provocar esa lengua en el coño. La odiaba, sabía chupar, sabía utilizar la boca y la lengua, y eso era robarme la polla de Manu. Ella me odiaba a mí también por eso, y lo sabía. Y ambas nos revolcábamos en nuestro odio mientras él conducía y nos dejaba ponernos aún más cachondas. Pensé en que si ella tuviese polla sería perfecta. Mi sueño pronto se haría realidad.

Cuando Manu paró el coche no reconocí estar en su casa como la otra vez. Raquel se separó de mí cuando oyó a Manu bajarse. Me bajé detrás de ella y la seguí dentro de aquella casa.
- Hoy toca en la casa de Raquel - me dijo Manu al ver mi cara. Así que así era...Entramos y Raquel empezó a besarle tan apasionadamente como dos minutos atrás hacía conmigo. Acabamos en el salón, y Manu se separó
- Que te jodan, yo quiero ver el espectáculo que os traíais las dos ahí atrás.
Manu quería que siguiésemos como en el coche. No le vi problema. Me acerqué a ella y volví a besarla, mientras iba directamente con una mano a su coño. Desabroché su falda y
aparté el tanga para meterle directamente un dedo. Se hacía la digna, pero estaba chorreando como yo. Con otro dedo le froté el clítoris mientras la masturbaba.
- Nada de dedos, guapas, que para meter cosas estoy yo - dijo Manu. Le miré, estaba tocándose la polla, sentado en un sofá, poniéndosela más y más dura. Qué dilema, disfrutar de aquella mujer o ir a por él.
- Puedes venir, Sheila. Que Raquel vaya a por un juguetito. - Saqué los dedos del coño de Raquel enseguida. Sí, tenía ganas de jugar un ratito con él, y después probar aquello que fuese que me tenían preparado. - A ver, chupa, que te veo con ganas.
No podía estar más acertado. Me arrodillé y se la cogí como quien abraza a un viejo amigo. Mi excitación era máxima así que me la metí directamente cuanto pude y la acariciaba con los labios mientras dentro de mi boca pasaba la lengua por todas partes. Él suspiró agradecido. Me sentía tan bien haciendo aquello otra vez. Había encontrado un tío con una polla magnífica, perfecta. Y le encantaba que se la chuparan. Aunque obviamente, a cualquiera le encantaría que Raquel y yo le hiciésemos una mamada. Aunque los chicos solían aguantar poco cuando se la comía. Si en algo puedo echarme flores es en chupar, y mi diversión acababa pronto, aunque acababa siempre con una buena corrida sobre mí. En cambio, Manu aguantaba, y eso me hacía emplearme más, ¿es que no era tan buena como para que se corriese conmigo pronto? Sabía que sí le gustaba, sólo tenía más aguante. Pero eso me motivaba. Ahora estaba dándole lametones cortos y rápidos en la punta, mientras con una mano le tocaba los huevos. Me hizo separarme un momento para quitarme el top.
Raquel había vuelto. Estaba desnuda y traía un consolador. Pero no era uno normal, sino que tenía dos pollas, era de doble penetración. Inmediatamente supe qué pretendía y noté un cosquilleo de nueva excitación en el coño.
- Ya me has dejado la polla bien lubricadita. Vamos allá. - Manu me mandó levantarme y me quitó la falda. Me giró para ponerme de espaldas y supe lo que tocaba. Me incliné hacia adelante dejándole mi culo bien abierto. Empezó a meterla poco a poco, Mientras iba notando cómo me entraba todo aquello Raquel estaba delante de mí, y se empezaba a meter uno de los consoladores. Estaba deseando tener algo dentro del coño tanto como yo, y puso tal cara de satisfacción que me puse aún más cachonda. Me estaba entrando una polla enorme por el culo mientras veía esa escena y no podía excitarme más, necesitaba que ella también me la metiese, aunque fuese de plástico la necesitaba. Además necesitaba que Manu me la metiese por detrás del todo, se estaba tomando demasiado tiempo. Raquel se acercó a mí de inmediato y me puse erguida para recibirla. Al hacerlo mi culo se cerró más en torno a la polla de Manu a la vez que este metía lo que le faltaba de un solo golpe. Otra vez aquella sensación de ser virgen por el culo, de que me lo rompían por primera vez. Ni mi experimentado culo se acostumbraba a ese tamaño. Nada más metérmela del todo Raquel hizo lo mismo por delante. De una embestida, sujetándome por la cadera. Manu me sujetaba también. Los dos me follaban embistiéndome a la vez. Las tetas de Raquel botaban y chocaban contra las mías. Al parecer cuando me la metía, más se le metía a ella su consolador, así que las dos nos sentíamos folladas a la vez. Quería cerrar los ojos por el placer, pero los mantuve abiertos para seguir viendo a Raquel delante de mí, con la boca medio abierta, las tetas sacudiéndose y la imagen de sentir que era ese pivón quien me follaba. No era una polla de verdad, pero me valía. Esa preciosa vista, una polla gigante jodiéndome con fiereza el culo, el consolador de Raquel follándome tan bien como una verdadera polla, y lo cachondísima que estaba antes de empezar, hicieron que mi primer orgasmo llegara pronto. Ambos aumentaron el ritmo al oírme gemir, y Raquel empezó a tener el suyo poco después. Sus gemidos de placer absoluto eran como música celestial. No sabía como Manu podía aguantar sin correrse cuando tenía a dos tías como nosotras dando ese espectáculo, pero él seguía a lo suyo, yo seguía notándole entrar y salir, destrozándome el culo y haciéndome gemir más y más. Sin embargo, cuando Raquel bajó el ritmo, algo cansada por el orgasmo, él me la sacó. Solté un quejido, yo quería más.
- Hay que premiar a Raquel, ¿no crees? - me dijo. Raquel también me la sacó. Me sentí muy molesta. Quería esas dos pollas otra vez en mí. Quería más orgasmos, sabía que iban a llegar. Manu le quitó el consolador a Raquel, con un pequeño gemido por su parte, Se la llevó al sofá, la tumbó, y se la empezó a follar con tanta energía como había estado follándome a mí. Me puse super celosa. Yo había disfrutado de esa polla por el culo pero también quería que me follase el coño. La polla falsa de Raquel estaba bien, pero no tenía la textura y tacto de las pollas de verdad, ni el tamaño de la de Manu. No podía irme sin que me follase a mí. A la vez ver esa follada me ponía cachondísima de nuevo. Necesitaba algo más que mirar. Me puse delante de Raquel y empecé a tocarle las tetas. Desde mi punto de vista además veía la polla de Manu entrando y saliendo de su coñito. Manu aumentó el ritmo, moviendo la cadera en todas direcciones buscando el máximo placer. Finalmente llegó la corrida. La sacó un poco mientras el semen salía de su pene, salpicando el coño de Raquel por fuera y sus muslos.
- Límpiamela - me ordenó. Se sentó y yo me abalancé hacia su polla. Ahora además sabía al coño de Raquel, estaba mojada por completo y sabrosa. Pero cuando me estaba divirtiendo Manu me apartó rápido - Ahora limpiala a ella y haz que termine.
Dejé a regañadientes la polla de Manu, aunque cambiarla por el coño de Raquel fue mejor de lo que pensaba, y eso que ya tenía ganas de comérselo. Empecé chupándole la lechecita que tenía por los muslos pero ella me empujó rápido la cabeza para que fuese directamente al chocho. Empecé a lamer sus labios, lubricados, con un sabor más potente y sabroso del que había probado en la polla de Manu. Introduje mi lengua dentro para probar más y más. Ella me empujaba más la cabeza y yo la atraía hacia mí apretándola del culo. Después de la follada de Manu y ahora mi comida de coño estaba al punto del orgasmo. Empecé a notar sus convulsiones, cómo arqueaba la espalda y cómo sus gemidos iban a más. Moví la lengua con más rapidez. Ya no había semen, solo flujo vaginal. Le froté el clítoris rápidamente. La notaba volverse loca bajo el orgasmo. Quería hacerla gritar más y más. Con solo mi lengua podía volver locos tanto a hombres como a mujeres.
Cuando acabó estaba exhausta. Se acercó a mí y me dio un pasional beso.
- El próximo día seré yo quien te lo chupe - me prometió - Ahora ve a disfrutar de tu parte.
Manu se había estado vistiendo y me dijo que hiciera lo mismo. Al parecer no habíamos acabado, solo que no íbamos a seguir follando con Raquel. Me lamenté, esa puta me había gustado. Pero pensé que así tendría la polla de Manu para mí sola.
Nos despedimos de ella con otro beso cada uno. Aunque ella parecía satisfecha yo me había vuelto a poner cachonda. Llevaba un buen rato sin tener algo de disfrute yo misma y mi coño aún no había disfrutado de una polla de verdad. Nos montamos en el coche
- Ahora vamos a mi casa y te voy a follar como a Raquel - me dijo sin rodeos - Te has ganado una buena follada y no sería justo. Además yo también me he ganado follarte.
Como ya había hecho anteriormente, aprovechaba momentos en los que no tenía que conducir para meterme uno o dos dedos por el coño, mientras seguía hablándome
- Raquel tiene un fetiche. No sé si te sonará de algo, pero le encanta hacer mamadas. No sería tan raro, pero es que aún era virgen cuando ya había chupado no sé cuántas pollas. Cosas suyas. Le tira más hacerlo con mujeres, por eso le propuse hacer algo contigo.
- Pues has visto que nos llevamos bastante bien - dije
- Ella era la que mejor me la chupaba hasta que llegaste tú. Además a ti te gusta una buena polla para todo. A ella aún no le he desvirgado el culo.
Me sorprendió muchísimo. Una tan puta como ella parecía era virgen por el culo. Manu me contó que llevaba mucho tiempo sin follarse a alguien por el culo hasta que se folló a Celia, antes de conocerme a mí, ya que Raquel no estaba preparada.
- Si la desvirgaras tú por el culo sería demasiado fuerte - le dije. La polla de Manu no era lo mejor para empezar en el anal. Si a mí me hacía sentir inexperta y costaba que me entrase, a una a la que nunca se la hubieran metido le sería imposible.
Llegamos a su casa y me acompañó al salón. Se sentó y me mandó arrodillarme delante de él. Parece que iba a tener otra vez la suerte de chupársela un rato más hasta que se volviese a poner dura. Me mandó sacarme las tetas y me dijo que le hiciese una cubana. Primero se la chupé un par de veces para lubricarlo y muy a mi pesar me la saqué de la boca y la coloqué entre mis pechos mientras los juntaba con las manos. Empezó a mover la polla suavemente. La veía muy cerca de mi cara, y me subí más las tetas para acercarla aún más. Aún estaba flácida y era más grande que la mayoría que hubiera visto. Quería acelerar la erección así que aproveché a chuparle la punta mientras hacía la cubana. Manu me empezó a tocar los pezones mientras aumentaba el ritmo. Cada vez que llegaba a mi boca le daba una pequeña chupadita o la lamía y notaba en mis pechos cómo se le iba poniendo más dura y más grande. Menos mal que tenía las tetas grandes porque no cualquiera podría hacerle una cubana a ese pollón.

Cuando la tuvo dura la sacó de entre mis tetas y me llevó a tumbarme en la mesa de comedor. Sabía lo que tocaba ya, ya me la iba a meter por fin. Mi recompensa. Aprovechó que no llevaba ropa interior para ni siquiera desvestirme, solo iba con las tetas fuera. Me subió las piernas a sus hombros y me la metió de un golpe, y siguió rápidamente embistiéndome una y otra vez. La sacaba casi del todo y la volvía a meter. Sentí alivio de que saciara mi coño, que había tenido ya muchos estímulos ese día pero ninguno como su polla. Me relamía aún con el sabor a polla en los labios mientras sacudía todo mi cuerpo embistiéndome. No tardé mucho en tener que gemir para liberar el placer. Inmediatamente empezó a darme azotes en el culo, que me quedaba alzado al estar en esa posición. Acompañaba cada embestida con un azote. Empecé a estimularme el clítoris y no tardé prácticamente nada en tener un orgasmo. Mis gemidos hacían eco en esa parte de la habitación y lo inundaban todo. Mientras seguía follándome pensé en Raquel y en lo que me había hecho disfrutar. Imaginé que era ella la que me volvía a follar el coño. Había disfrutado su jueguecito de doble penetración pero nada como una polla de verdad, y más la de Manu, tan gorda y tan ancha. Imaginar que era ella la que me metía ese pollón me hacía sentir más placer. Hacía poquísimo que había acabado mi primer orgasmo y tuve el siguiente. Manu se agarró a mis tetas mientras seguía machacándome, intentando ir más rápido ahora que tenía el orgasmo. Se corrió a la vez que yo lo hacía. No había durado tanto como era habitual en él, y me hubiera gustado que me hubiera acabado en la boca para saborear su semen, pero se había corrido demasiadas veces hoy y yo también tenía que recompensar su esfuerzo dejándole que se corriese mientras seguía metiéndomela.
Me había quedado satisfecha completamente ese día, y el descubrimiento de Raquel fue de lo mejor que me había pasado. Me atraía muchísimo. Desde entonces hemos vivido multitud de aventuras juntas, folladas con o sin tíos de por medio, y muchísimas cosas más.

Siento haber tenido abandonado el blog, sobre todo teniendo en cuenta que dejé pendiente contar este día, que ha sido de los mejores días de sexo de mi vida. Esta Nochevieja se la chupé a un conocido mío que sabía de la existencia del blog y me dijo que la chupaba tan bien como se imaginaba cuando me leía, lo que me recordó que debía actualizar más habitualmente. Así que lo siento mucho y espero que este relato haya merecido la espera ;)