Si algo tengo yo es un imán para las situaciones sexuales más calientes e increíbles, y me encanta. Estando de vacaciones este verano pasado en la playita conocí a un chaval, Xavi. Estaba para comérsele. Piel dorada con el sol, ojos grandes y labios seductores, además de un cuerpazo. Me confesó que tenía novia. No me considero responsable de si algún chico pone los cuernos a su pareja conmigo, yo no tengo responsabilidad, son ellos, y Xavi no tenía problema. Tenía un chalé cerca de la playa al que había llevado a su novia de vacaciones.
Llevábamos tonteando dos días y ese día me llevó allí, aprovechando que su novia estaba en la boda de una amiga.
Debido al calor él ya estaba sin camiseta, sólo con el bañador. Yo llevaba un vestido veraniego y un bikini debajo. De lo caliente que me estaba poniendo y mientras Xavi no miraba me quité el tanga del bikini y rodeándole por la espalda le dije: "No llevo nada debajo" enseñándole el tanguita.
Se giró sonriente y me besó el cuello mientras pasaba por las curvas de mi cuerpo, tocando mis tetas y mis caderas. Notaba como su pene se endurecía.
Me tumbó sobre la mesa del jardín y me dijo que me iba a dar un buen festín. Sacándose la polla me la puso en la cara y la cogí de buen agrado. Empecé a tocarla y a dar rápidos lametones a su base mientras con la otra mano le tocaba los testículos.Él se dejó hacer mientras me desataba la parte de arriba del bikini y la sacaba, dejándome solo con el vestido. Cuando la tuvo un poco más dura se puso encima de mí, me quitó el vestido y empezó a lamer las tetas como yo le había lamido la polla. Fue bajando hasta mi vientre y después a mis ingles. Estaba cachondísima y pedí más, pero me dijo que tenía que ganármelo. Me levanté y me tumbé sobre él. Cogí su polla con dos manos y empecé a sacudírsela despacio y cada vez más rápido. Me agaché y le chupé el capullo mientras seguía masturbándole. Me dijo que me girara y pensé que ibamos a hacer un 69 así que le puse mi culito delante de la cara sin dejar de menear su polla. En vez de chuparme el coño me cogió el culo y me acarició los muslos. Me estaba poniendo cachondísima, así que me metí toda su polla en la boca. Apenas me cabía pero la chupé toda, pasé mi lengua alrededor de ella sin sacármela de la boca. Xavi me apartó el tanguita y pasó su dedo por mi clítoris. Yo no podía más de excitación, jadeaba y mi chocho estaba muy húmedo. Me giré y me puse encima de él, lista para meterme todo ese pollón, pero él me giró y se puso encima. Cogió su pene y me le pasó por el clítoris como había hecho antes.
- Métemela, métemela - pedí.
- Cuando estemos más calientes - dijo Xavi. Me mandó levantarme y se puso en un sofá del jardín. Fui donde él, me cogió del culo y me puso a cuatro patas sobre el sofá. Sentí como su pene iba adentrándose entre mis nalgas hasta encularme poco a poco. Fui soltando pequeños gemidos. Qué placer, aquella inmensa polla dentro de mi culito, saliendo y entrando bien suave y a la vez contundente. Xavi follaba genial, hacía un poco de todo y acababa teniendo ganas de todo. Quería chupar, acariciar su polla con las manos y que me la metiera por el coño. Me dio un par de azotes y gemí. Empezó a ir más rápido, lo más rápido que podía. Con cada sacudida yo gemía y él intentaba ir más rápido, mis dulces gemidos se volvían gritos de placer. Aguantó muchísimo dándome bien duro y cuando la sacó la seguía teniendo como una piedra. Era increíble. Me levanté y de pie intente metérmela por el coño de nuevo, pero el me cogió y apretándome bien fuerte del culo me llevó hasta un jacuzzi en su jardín. Me bajé de sus brazos e hice que se metiera primero, y después yo. El agua mojó nuestros cuerpos. Con mis piernas le rodeé y me dispuse a meterme ese portento por el chocho. Noté cómo me entraba y me ocupaba todo el coño, mientras cerré los ojos y solté un gemido de absoluto placer. Cabalgué sobre él ansiosa de más, no me cansaba de aquel pollón entrando y saliendo de mí. Me agarré las tetas y las apreté sin dejar de saltar como una loca. Xavi empezó a frotarme el clítoris y agarrarme el culo, haciendo las embestidas más fuertes. Con cada sacudida yo soltaba un gemido fuerte y excitante, que nos ponía aún más cachondos. De repente me la sacó y me cambió el sitio. Me senté en el asiento del jacuzzi, me abrió las piernas y volvió a metérmela, acariciándome los muslos. La intensidad y la profundidad aumentaron y el placer absoluto volvió. Sabía que le ponía cachondísimo que gimiera así que solté los mayores gemidos que pude, exteriorizando todo el placer que estaba sintiendo. No pasa a menudo, pero cuando él se corrió tuve un orgasmo, chillé más que nunca y nuestros gemidos se fusionaron.
Xavi se sentó en el borde del jacuzzi y yo corrí a coger su polla con mis manos y me la metí en la boca, saboreando el semen que quedaba. Con las manos se la meneé para que saliera más y chupé cada rincón disfrutando como disfruto siempre que chupo una polla. Tenía más ganas de chupar pero Xavi se levantó. Salí del jacuzzi detrás de él y le seguí hasta una hamaca.
- ¿Qué te parece si seguimos aquí? - preguntó juguetón. Se tumbó y me mandó sentarme sobre su torso. Gozaba de unas vistas estupendas de mi culito, y me dio un azote - Chupa como si fuera la última polla que vas a ver.
Me lo tomé en serio. Me agaché y me la metí en la boca. Nada tenían que envidiar a las actrices porno, más bien ellas deberían envidiarme, había chupado muchas pollas y con lo que me gustaba, lo hacía de muerte. La polla de Xavi estaba aún flácida pero las vistas que tenía y lo bien que yo chupaba estaba empezando a ponerle palote de nuevo. Me cogió las tetas y empezó a sobarlas y a juntarlas. Pronto empecé a ponerme cachonda y chupé con más ganas. Lamía la punta sin cesar y luego me metía toda la polla en la boca, la rodeaba con la lengua y hacía un movimiento como si él me follara la boca. Después le cogí los huevos y empecé a moverlos y a tocarle, mientras mi lengua chupaba la base de la polla y poco a poco iba subiendo. En cuestión de minutos la volví a notar dura. Cada lametón que daba la hacía poner más y más dura, hasta que fue una roca. Me volvía loca de gusto. Xavi quiso volver a cambiar de sitio, me cogió en brazos como la otra vez y me agarró del culo mientras, gozándolo. Me llevó al interior de la casa, a un salón muy grande. Se dirigió a una de las zonas, donde había un piano. Me dejó allí. Estaba frío, pero no me importó.
- Ponte a cuatro patas, quiero volver a romperte el culo, me está poniendo a cien.
Obedecí enseguida. Él era alto y llegaba perfectamente. Me reventó el culo de un golpe, aunque ya lo tenía abierto de la otra vez. Me moría de gusto, aquella polla tan dura y tan rica me había embestido. Mi gemido fue de lo más excitante. Xavi estaba tan caliente como yo. Empezó a darle muy fuerte para que gimiera, y vaya que gemí. La polla entraba y salía sin piedad, como había dicho él, rompiéndome el culo. Otro orgasmo, ya no sabía los que llevaba. Mis gemidos se entrecortaban con las embestidas. Su pene no se cansaba, le daba una y otra vez, penetrándome sin piedad. Sabía que se ponía cada vez más cachondo, que nunca había oído a nadie gritar como lo hacía yo, unos gemidos altísimos y excitantes, del orgasmo que estaba sintiendo por aquella penetración anal que me estaba dando. Recordando lo que le ponían mi culo y mis tetas le pedí que se corriera allí. Parte de su corrida fue a mis nalgas y la otra le echó en mis tetas. Las cogí y me las lamí.
Desde luego esa chico y yo congeniábamos para follar, así que no fue la única vez que lo hicimos. Nuestras ciudades estaban cerca, y volvimos a quedar. Pero eso lo contaré en otra historia, no tiene desperdicio, ya veréis ;)
domingo, 16 de diciembre de 2012
sábado, 13 de octubre de 2012
Tres pollas y dos coñitos.
Recuerdo cuando me llamó un conocido que sabía mi pasión por el sexo para una orgía con tres tíos y una tía.
Después de las presentaciones y de quedar en la casa de verano de uno de ellos, fuimos al dormitorio y me fui a cambiar al baño. Mi amigo y tres de sus amigos me esperaban en la cama, desnudos, y la chica se estaba desnudando delante de ellos. Estaban de bastante buen ver y sus pollas eran ligeramente más grandes que la media. La tía, Lidia, estaba muy buena.
Empecé contoneandome delante de ellos mientras me quitaba mis medias y mi sujetador rojo que enseñaba bastante, dejándome en tanga. Así aumentaría la expectación. Lidia se relamía.
- Empieza conmigo, Sheila pónmela dura - dijo uno de ellos, el rubio, mientras los otros pedían a Lidia que les pajeara.
Me acerqué a él y empecé a masturbarle y a dar pequeños lametones a la punta de la polla, muy rápidos. Con envidia, cogí la polla del de al lado y entre Lidia y yo le masturbamos. Era el que tenía la polla más grande, un auténtico portento. Se la pajeamos bien, subiendo y bajando las manos rápido, ocupándola toda y moviéndola sin parar. La vimos a punto de explotar al poco tiempo y nos peleamos por su semen, pero la mayoría cayó sobre mis tetas. Lidia, deseosa, empezó a lamermelas y yo me retorcía de placer. El rubio y el otro chico, moreno, se pajeaban con fuerza ante la escena. Lidia seguía chupándome las tetas, tocándomelas y pasando la lengua por mis pezones mientras yo soltaba gemiditos de placer. Las dos estábamos deseosas, y pasé la mano por su coño, le noté mojadito y dispuesto. Metí los dedos y empecé a masturbarla. Los tíos se pajeaban con más fuerza mientras miraban. El moreno me la metió en la boca justo al correrse y el rubio se corrió sobre el culo de Lidia. El tercer chico, que la volvía a tener dura, me separó de Lidia y la metió toda su polla enorme por detrás. Pude ver la cara de disfrute de la chica y me excité aún más. El semen del primero seguía recorriendo su culito. Como los otros no tenían la polla dispuesta y estaban recién corridos, me dediqué a chupar el semen que les quedaba, pasando mi boca por las dos pollas por turnos mientras Lidia seguía gimiendo y gimiendo sin parar, con el gran instrumento de ese tío entrando y saliendo de su culo firme y duro.
El moreno parecía tener más aguante y se recuperó antes, pero el rubio se adelantó, me tumbó y empezó a chuparme el coño para darme placer. Me retorcía del gusto, entre lo bien que chupaba y los excitantes gritos de Lidia, así como los cojones del tercer chico chocando contra su culo.
El moreno no aguantó más y vi como se la metía al rubio, que tenía el culo abierto al haberse agachado a chuparme el coño. Por su cara vi que era la primera vez, pero se puso muy caliente y dejó de chuparme para disfrutar, así que para participar, empecé a tocarme por todo el cuerpo delante de él, que disfrutaba muchísimo. Lidia se corrió y yo me dirigí al tío que la estaba enculando para que me diera a mí. El semen bajó hasta el coño de Lidia, así que se lo chupé para devolverle el favor de antes, aunque yo disfrutaba mucho también. Después, me levanté y le puse el culo delante al tío, para que siguiera conmigo. Su polla seguía queriendo mambo, y era enorme y dura. Me enculó también de un golpe y siguió rápido. Mis tetas se movían al compás de su polla y el rubio me miraba con deseo mientras también le enculaban.
Lidia era muy puta, pero no tanto como yo, así que en lo que su coñito volvía a tener ganas, se dedicó a ponersela dura al rubio tocándosela, aunque por cómo me miraba y por cómo se la estaban metiendo hasta el fondo ya la tenía como una roca.
El que me estaba enculando no se cansaba, seguía metiéndomela hasta el fondo y dando embestidas fuertes, mientras sus cojones chocaban contra mi culo, y yo gemía mirando a los demás y tocándome las enormes tetas, que se seguían moviendo al compás. El que enculaba al rubio empezó a gemir más fuerte. El rubio, excitado, se giró y se la comió para tragarse todo el semen. Su polla subió aún más de repente y se puso cachondísimo. Me relamí al vérsela, y como mi coño me pedía más, le dije que viniera. Se colocó debajo de mí y de una estacada, me atravesó todo el coño, así que solté un gemido fortísimo y cerré los ojos, dejándome llevar por esos dos pollones entrando y saliendo por mi coño y mi culo. Como tenía los ojos cerrados y gemía con la boca abierta, no me percaté de que se acercaba el tercer tío hasta que me metió su polla, aún algo flácida, por la boca. Se la comí entera al compás de la penetración de los otros. Cuando creí que iba a explotar de placer Lidia se acercó y me empezó a tocar y chupar las tetas. Tuve uno de los orgasmos más grandes toda mi vida, pero los cuatro seguían dándome placer, con una polla aún dura en mi culo, reventándomelo y dándome azotes, con otra polla en mi coño entrando y saliendo a gran velocidad, otra polla en mi boca, que me follaba como si fuera otro coño, no esperaba que yo se la chupase, sólo la metía y sacaba, y mis tetas siendo lamidas tan ricamente por ese portento de tía. El que me enculaba se corrió y su semen bajó hasta mi coño. El rubio, al sentir el semen del otro en su polla y debido a la velocidad a la que me estaba follando se corrió poco después, al mismo tiempo que se corría en mi boca el tercer tío. No dejaba de salir semen de su pollón y me lo tragué enterito, chupando hasta que no quedó ni gota. Se separaron de mí para descansar, pero Lidia no estaba saciada. Me tiró boca arriba y se puso encima de mí, frotando su coño contra el mío, que a pesar de estar recién follado lo agradeció. Ponía una cara de puta tan increíble y gemía tan fuerte que los tíos frotaban su polla para que estuviera pronto lista, deseosos de más. Cogí sus tetas con las manos y empecé a moverlas y juntarlas mientras me seguía botando encima como una loca. Fue mágico, tuvimos un orgasmo a la vez. Los tíos ya se estaban pajeando como locos. Quedaron entre ellos en acercarse y correrse sobre nosotras, y el semen nos fue cayendo, en menor medida que antes, pero igual de rico. Repitiendo la jugada anterior, nos chupamos una a la otra para rescatar cada gota, y después chupamos sus pollas y cojones en busca de más.
Fue una noche increíble, estoy deseando repetir.
Después de las presentaciones y de quedar en la casa de verano de uno de ellos, fuimos al dormitorio y me fui a cambiar al baño. Mi amigo y tres de sus amigos me esperaban en la cama, desnudos, y la chica se estaba desnudando delante de ellos. Estaban de bastante buen ver y sus pollas eran ligeramente más grandes que la media. La tía, Lidia, estaba muy buena.
Empecé contoneandome delante de ellos mientras me quitaba mis medias y mi sujetador rojo que enseñaba bastante, dejándome en tanga. Así aumentaría la expectación. Lidia se relamía.
- Empieza conmigo, Sheila pónmela dura - dijo uno de ellos, el rubio, mientras los otros pedían a Lidia que les pajeara.
Me acerqué a él y empecé a masturbarle y a dar pequeños lametones a la punta de la polla, muy rápidos. Con envidia, cogí la polla del de al lado y entre Lidia y yo le masturbamos. Era el que tenía la polla más grande, un auténtico portento. Se la pajeamos bien, subiendo y bajando las manos rápido, ocupándola toda y moviéndola sin parar. La vimos a punto de explotar al poco tiempo y nos peleamos por su semen, pero la mayoría cayó sobre mis tetas. Lidia, deseosa, empezó a lamermelas y yo me retorcía de placer. El rubio y el otro chico, moreno, se pajeaban con fuerza ante la escena. Lidia seguía chupándome las tetas, tocándomelas y pasando la lengua por mis pezones mientras yo soltaba gemiditos de placer. Las dos estábamos deseosas, y pasé la mano por su coño, le noté mojadito y dispuesto. Metí los dedos y empecé a masturbarla. Los tíos se pajeaban con más fuerza mientras miraban. El moreno me la metió en la boca justo al correrse y el rubio se corrió sobre el culo de Lidia. El tercer chico, que la volvía a tener dura, me separó de Lidia y la metió toda su polla enorme por detrás. Pude ver la cara de disfrute de la chica y me excité aún más. El semen del primero seguía recorriendo su culito. Como los otros no tenían la polla dispuesta y estaban recién corridos, me dediqué a chupar el semen que les quedaba, pasando mi boca por las dos pollas por turnos mientras Lidia seguía gimiendo y gimiendo sin parar, con el gran instrumento de ese tío entrando y saliendo de su culo firme y duro.
El moreno parecía tener más aguante y se recuperó antes, pero el rubio se adelantó, me tumbó y empezó a chuparme el coño para darme placer. Me retorcía del gusto, entre lo bien que chupaba y los excitantes gritos de Lidia, así como los cojones del tercer chico chocando contra su culo.
El moreno no aguantó más y vi como se la metía al rubio, que tenía el culo abierto al haberse agachado a chuparme el coño. Por su cara vi que era la primera vez, pero se puso muy caliente y dejó de chuparme para disfrutar, así que para participar, empecé a tocarme por todo el cuerpo delante de él, que disfrutaba muchísimo. Lidia se corrió y yo me dirigí al tío que la estaba enculando para que me diera a mí. El semen bajó hasta el coño de Lidia, así que se lo chupé para devolverle el favor de antes, aunque yo disfrutaba mucho también. Después, me levanté y le puse el culo delante al tío, para que siguiera conmigo. Su polla seguía queriendo mambo, y era enorme y dura. Me enculó también de un golpe y siguió rápido. Mis tetas se movían al compás de su polla y el rubio me miraba con deseo mientras también le enculaban.
Lidia era muy puta, pero no tanto como yo, así que en lo que su coñito volvía a tener ganas, se dedicó a ponersela dura al rubio tocándosela, aunque por cómo me miraba y por cómo se la estaban metiendo hasta el fondo ya la tenía como una roca.
El que me estaba enculando no se cansaba, seguía metiéndomela hasta el fondo y dando embestidas fuertes, mientras sus cojones chocaban contra mi culo, y yo gemía mirando a los demás y tocándome las enormes tetas, que se seguían moviendo al compás. El que enculaba al rubio empezó a gemir más fuerte. El rubio, excitado, se giró y se la comió para tragarse todo el semen. Su polla subió aún más de repente y se puso cachondísimo. Me relamí al vérsela, y como mi coño me pedía más, le dije que viniera. Se colocó debajo de mí y de una estacada, me atravesó todo el coño, así que solté un gemido fortísimo y cerré los ojos, dejándome llevar por esos dos pollones entrando y saliendo por mi coño y mi culo. Como tenía los ojos cerrados y gemía con la boca abierta, no me percaté de que se acercaba el tercer tío hasta que me metió su polla, aún algo flácida, por la boca. Se la comí entera al compás de la penetración de los otros. Cuando creí que iba a explotar de placer Lidia se acercó y me empezó a tocar y chupar las tetas. Tuve uno de los orgasmos más grandes toda mi vida, pero los cuatro seguían dándome placer, con una polla aún dura en mi culo, reventándomelo y dándome azotes, con otra polla en mi coño entrando y saliendo a gran velocidad, otra polla en mi boca, que me follaba como si fuera otro coño, no esperaba que yo se la chupase, sólo la metía y sacaba, y mis tetas siendo lamidas tan ricamente por ese portento de tía. El que me enculaba se corrió y su semen bajó hasta mi coño. El rubio, al sentir el semen del otro en su polla y debido a la velocidad a la que me estaba follando se corrió poco después, al mismo tiempo que se corría en mi boca el tercer tío. No dejaba de salir semen de su pollón y me lo tragué enterito, chupando hasta que no quedó ni gota. Se separaron de mí para descansar, pero Lidia no estaba saciada. Me tiró boca arriba y se puso encima de mí, frotando su coño contra el mío, que a pesar de estar recién follado lo agradeció. Ponía una cara de puta tan increíble y gemía tan fuerte que los tíos frotaban su polla para que estuviera pronto lista, deseosos de más. Cogí sus tetas con las manos y empecé a moverlas y juntarlas mientras me seguía botando encima como una loca. Fue mágico, tuvimos un orgasmo a la vez. Los tíos ya se estaban pajeando como locos. Quedaron entre ellos en acercarse y correrse sobre nosotras, y el semen nos fue cayendo, en menor medida que antes, pero igual de rico. Repitiendo la jugada anterior, nos chupamos una a la otra para rescatar cada gota, y después chupamos sus pollas y cojones en busca de más.
Fue una noche increíble, estoy deseando repetir.
sábado, 16 de junio de 2012
El vídeo casero.
Hace un tiempo, tuve un follaamigo que se llama Manu con el que tenía sexo desenfrenado. Desgraciadamente, se mudó por trabajo y nos dejamos de ver, así que lo nuestro es casi inexistente. Por eso, el último día antes de que se fuera decidimos hacerlo a lo grande, y Manu tuvo la idea de grabarnos mientras lo hacíamos. Cuando veo esa cinta me vienen un montón de recuerdos junto a él, pasamos buenos ratos. Me pongo tan caliente que acabo metiéndome el vibrador. Recuerdo lo que hicimos aquel día.
Estábamos en su casa y yo había llevado un conjunto provocador. Encaje negro, un clásico. Él había compartido esa casa con su ex-novia hacía mucho tiempo, por lo que había una cama muy grande. Puso la cámara a grabar en la mesa de enfrente y empecé a desnudarme delante de él. Me lamió los pezones y yo le desabroché el pantalón, bajándoselo a la vez que el bóxer. Sin dejar mis tetas bajó las manos hacia el tanga y me lo quitó. Deseoso, me tumbó en la cama y bajó hasta mi coñito. Empezó a chuparme poco a poco el clítoris, algo que me encantaba y me encendía. Pero duró poco, él quería que se la pusiera bien dura, y me puso la polla puso en la cara. Me la metí enseguida y se la chupé rápido y entera, como le gusta. Mientras, volvió a lamerme el clítoris y su lengua cada vez entraba más, lubricándome. Empecé a soltar pequeños gemidos y jadeos mientras se la seguía chupando de arriba a abajo. De repente Manu sacó su lengua de mi coño y se levantó. Se sentó en la cama y me dijo:
- Ponme caliente.
Le gustaba que yo me contoneara y le pusiera la polla tiesa del todo. Me senté delante de él y le rodeé la cintura con las piernas. "Quiero que me folles como a una zorra, me lo merezco", le dije sensualmente. Me aparté y puse su pene entre mis tetas. Empecé a masturbarle con ellas lentamente, una buena cubana de las que le gustaban. Su polla se deslizaba rápido entre mis enormes tetas una y otra vez, subiendo y bajando. Fui más y más rápido y mientras disfrutaba me agarró el culo y lo masajeó bien. Para ponerle más cachondo y lubricar su polla paré y le di un buen lametón en el pene, deteniéndome en la punta un poco más. Volví a sujetarsela con las tetas y a seguir con la cubana, cada vez se le ponía más dura. Se perdía entre mis pechos grandes y con los pezones erectos.
Pensando que ya era suficiente, me aparté y empecé a masturbarlo con las manos. No quería que se corriese, sólo que se pusiese muy, muy cachondo.
Me acaricié todo el cuerpo y me detuve en mis tetas, tocándolas y masajeándolas delante de él mientras hacía pequeños movimientos como si me le follara sin que me penetrara. Su polla me apetecía muchísimo, quería metérmela en la boca de nuevo,soy una auténtica viciosa chupando pollas, ya sabéis que me encanta comerlas, pero eso ya lo haría después.
Sin soltar mis tetas, las junté y me chupé los pezones mientras le miraba y bailaba sensualmente a su alrededor.
Cogí su polla y la pasé por mi clítoris sin penetrarme unas cuantas veces, soltando pequeños y excitantes gemidos. Le di unas pequeñas sacudidas y la masajeé bien, notando ese gran pollón en mis manos. Dandome un pequeño placer bajé la cabeza y le di un buen lametón a la punta. Después me senté de un golpe sobre ella soltando un gran gemido y Manu enterró la cabeza entre mis tetas. Empecé a cabalgarle fuerte sacandola y metiéndola casi por completo en mi coñito chorreante y caliente. No dejaba de gemir, cada vez más fuerte y excitante. Su polla no perdía el ritmo y seguía dura.
- Fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, meteme bien la polla, fóllame como una puta, quiero que me folles bien, quiero que sacies mi coño, quiero tu polla, la quiero dura - le decía sin parar de gemir.
Él cogió la cámara y enfocó cómo lo hacíamos más directamente. Eran los planos más calientes, su enorme polla por mi coño, sin dejar de entrar y salir fuerte y rápido. Me volví a masajear las tetas y él me enfocó. Puse mi mayor cara de puta y mis gemidos más excitantes. Empecé a chuparme los pezones sin dejar de mirar a cámara y gemir.
De repente él la sacó y se separó un poco.
- Mi coño quiere más, Manu, damela, damela - le pedí.
- Ya voy putita - me dijo. Me tumbó y me abrió las piernas. Enfocó bien con la cámara su polla erecta y dura y me la metió otra vez de un golpe mientras grababa - ¿Te gusta, zorra? Esto te gusta mucho, estás húmeda, te encanta.
- Sí, sí, fóllame, sí, quiero tu polla, la quiero entera, quiero tu leche, quiero tragármela, chupármela, la quiero en mi coño.
Enfocaba hasta que no pudo más y dejó la cámara donde se nos viera bien. Yendo más rápido que nunca mi clítoris estaba repleto de placer y me sentía en el orgasmo.
- ¡SIGUE, SIGUE, FÓLLAME, SOY TU PUTA, ESTÁS HACIENDOME GOZAR, FOLLA, FOLLA SIN PARAR! - grité gimiendo.
Se corrió mientras tenía el orgasmo y me sobaba las tetas. Con unos últimos gemidos increíbles me la sacó mientras yo terminaba el orgasmo.
Aunque ya no fuera tan dura fui sedienta de polla hacia ella y me la metí en la boca, buscando ponerla como la roca de nuevo. Le toqué los cojones mientras chupaba como una loca con la polla entera en la boca, y la lengua dibujando círculos por toda ella. La punta me encantaba, pero la movía por todo, desde abajo hasta arriba una y otra vez, como si me follara la boca. Diez minutos después estaba dura de nuevo.
Me puse a cuatro patas y el volvió a coger la cámara.
- Vamos a castigar a la putita, la vamos a meter la polla bien adentro - dijo Manu grabando mi culo duro y dispuesto a recibir su miembro.
- Castígame - pedí desesperada - Castígame duro.
Enfocó bien mi culo y poco a poco metió su pollón en él mientras yo soltaba pequeños gemidos. Sentía ese enorme artefacto dentro de mi culo y Manu empezó a aumentar la velocidad y a darme azotes.
- Ohhh, castígame, dale a mi culito, dale, quiero tu polla dura castigándome - pedí
Siguió petándome el culo un buen rato y mi coño volvía a tener ganas de que le dieran polla, pero seguí disfrutando del anal hasta que la sacó, todavía bien dura.
- Vamos, puta, ponme más cachondo y tendrás recompensa
De cara a la cámara pasé mi mano por mi clítoris y volví a tocarme las tetas y a chupármelas. Me di la vuelta para que volviera a enfocar mi culo y él me echó para atrás, encima de él y me penetró por el coño sin que me lo esperara. Solté un tremendo gemido de placer y empecé a moverme como una loca para que me entrara del todo esa polla tan grande, tan dura y tan llena de semen. Desde atrás, Manu me tocó las tetas y yo volví a tener un orgasmo. Jamás había tenido tantos tan seguidos, así que mis gemidos eran tan excitantes que le hacían seguir sin parar, penetrándome fuerte y rápido.
Me corrí y sentí que lo que faltaba por satisfacer era mi boca. Me agaché delante de su polla, cogí la cámara y me grabé chupándosela con deseo, otra vez como si me follara la boca.
- Trágate toda mi leche, trágatela - me dijo Manu
Pero su corrida salió tan fuerte que me manchó toda la cara, y me relamí para coger todo el semen posible. Me acerqué de nuevo a su polla y la pajeé un buen rato hasta que salió todo.
Agotada, me tumbé en la cama mientras él terminaba de correrse sobre mis tetas y mi cara.
Cuando hablamos, me cuenta cómo se pajea terriblemente con ese vídeo, y cuando lo veo yo me entran unas ganas de follar terribles, así que me busco algún ligue con el que desahogarme.
Estábamos en su casa y yo había llevado un conjunto provocador. Encaje negro, un clásico. Él había compartido esa casa con su ex-novia hacía mucho tiempo, por lo que había una cama muy grande. Puso la cámara a grabar en la mesa de enfrente y empecé a desnudarme delante de él. Me lamió los pezones y yo le desabroché el pantalón, bajándoselo a la vez que el bóxer. Sin dejar mis tetas bajó las manos hacia el tanga y me lo quitó. Deseoso, me tumbó en la cama y bajó hasta mi coñito. Empezó a chuparme poco a poco el clítoris, algo que me encantaba y me encendía. Pero duró poco, él quería que se la pusiera bien dura, y me puso la polla puso en la cara. Me la metí enseguida y se la chupé rápido y entera, como le gusta. Mientras, volvió a lamerme el clítoris y su lengua cada vez entraba más, lubricándome. Empecé a soltar pequeños gemidos y jadeos mientras se la seguía chupando de arriba a abajo. De repente Manu sacó su lengua de mi coño y se levantó. Se sentó en la cama y me dijo:
- Ponme caliente.
Le gustaba que yo me contoneara y le pusiera la polla tiesa del todo. Me senté delante de él y le rodeé la cintura con las piernas. "Quiero que me folles como a una zorra, me lo merezco", le dije sensualmente. Me aparté y puse su pene entre mis tetas. Empecé a masturbarle con ellas lentamente, una buena cubana de las que le gustaban. Su polla se deslizaba rápido entre mis enormes tetas una y otra vez, subiendo y bajando. Fui más y más rápido y mientras disfrutaba me agarró el culo y lo masajeó bien. Para ponerle más cachondo y lubricar su polla paré y le di un buen lametón en el pene, deteniéndome en la punta un poco más. Volví a sujetarsela con las tetas y a seguir con la cubana, cada vez se le ponía más dura. Se perdía entre mis pechos grandes y con los pezones erectos.
Pensando que ya era suficiente, me aparté y empecé a masturbarlo con las manos. No quería que se corriese, sólo que se pusiese muy, muy cachondo.
Me acaricié todo el cuerpo y me detuve en mis tetas, tocándolas y masajeándolas delante de él mientras hacía pequeños movimientos como si me le follara sin que me penetrara. Su polla me apetecía muchísimo, quería metérmela en la boca de nuevo,soy una auténtica viciosa chupando pollas, ya sabéis que me encanta comerlas, pero eso ya lo haría después.
Sin soltar mis tetas, las junté y me chupé los pezones mientras le miraba y bailaba sensualmente a su alrededor.
Cogí su polla y la pasé por mi clítoris sin penetrarme unas cuantas veces, soltando pequeños y excitantes gemidos. Le di unas pequeñas sacudidas y la masajeé bien, notando ese gran pollón en mis manos. Dandome un pequeño placer bajé la cabeza y le di un buen lametón a la punta. Después me senté de un golpe sobre ella soltando un gran gemido y Manu enterró la cabeza entre mis tetas. Empecé a cabalgarle fuerte sacandola y metiéndola casi por completo en mi coñito chorreante y caliente. No dejaba de gemir, cada vez más fuerte y excitante. Su polla no perdía el ritmo y seguía dura.
- Fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, meteme bien la polla, fóllame como una puta, quiero que me folles bien, quiero que sacies mi coño, quiero tu polla, la quiero dura - le decía sin parar de gemir.
Él cogió la cámara y enfocó cómo lo hacíamos más directamente. Eran los planos más calientes, su enorme polla por mi coño, sin dejar de entrar y salir fuerte y rápido. Me volví a masajear las tetas y él me enfocó. Puse mi mayor cara de puta y mis gemidos más excitantes. Empecé a chuparme los pezones sin dejar de mirar a cámara y gemir.
De repente él la sacó y se separó un poco.
- Mi coño quiere más, Manu, damela, damela - le pedí.
- Ya voy putita - me dijo. Me tumbó y me abrió las piernas. Enfocó bien con la cámara su polla erecta y dura y me la metió otra vez de un golpe mientras grababa - ¿Te gusta, zorra? Esto te gusta mucho, estás húmeda, te encanta.
- Sí, sí, fóllame, sí, quiero tu polla, la quiero entera, quiero tu leche, quiero tragármela, chupármela, la quiero en mi coño.
Enfocaba hasta que no pudo más y dejó la cámara donde se nos viera bien. Yendo más rápido que nunca mi clítoris estaba repleto de placer y me sentía en el orgasmo.
- ¡SIGUE, SIGUE, FÓLLAME, SOY TU PUTA, ESTÁS HACIENDOME GOZAR, FOLLA, FOLLA SIN PARAR! - grité gimiendo.
Se corrió mientras tenía el orgasmo y me sobaba las tetas. Con unos últimos gemidos increíbles me la sacó mientras yo terminaba el orgasmo.
Aunque ya no fuera tan dura fui sedienta de polla hacia ella y me la metí en la boca, buscando ponerla como la roca de nuevo. Le toqué los cojones mientras chupaba como una loca con la polla entera en la boca, y la lengua dibujando círculos por toda ella. La punta me encantaba, pero la movía por todo, desde abajo hasta arriba una y otra vez, como si me follara la boca. Diez minutos después estaba dura de nuevo.
Me puse a cuatro patas y el volvió a coger la cámara.
- Vamos a castigar a la putita, la vamos a meter la polla bien adentro - dijo Manu grabando mi culo duro y dispuesto a recibir su miembro.
- Castígame - pedí desesperada - Castígame duro.
Enfocó bien mi culo y poco a poco metió su pollón en él mientras yo soltaba pequeños gemidos. Sentía ese enorme artefacto dentro de mi culo y Manu empezó a aumentar la velocidad y a darme azotes.
- Ohhh, castígame, dale a mi culito, dale, quiero tu polla dura castigándome - pedí
Siguió petándome el culo un buen rato y mi coño volvía a tener ganas de que le dieran polla, pero seguí disfrutando del anal hasta que la sacó, todavía bien dura.
- Vamos, puta, ponme más cachondo y tendrás recompensa
De cara a la cámara pasé mi mano por mi clítoris y volví a tocarme las tetas y a chupármelas. Me di la vuelta para que volviera a enfocar mi culo y él me echó para atrás, encima de él y me penetró por el coño sin que me lo esperara. Solté un tremendo gemido de placer y empecé a moverme como una loca para que me entrara del todo esa polla tan grande, tan dura y tan llena de semen. Desde atrás, Manu me tocó las tetas y yo volví a tener un orgasmo. Jamás había tenido tantos tan seguidos, así que mis gemidos eran tan excitantes que le hacían seguir sin parar, penetrándome fuerte y rápido.
Me corrí y sentí que lo que faltaba por satisfacer era mi boca. Me agaché delante de su polla, cogí la cámara y me grabé chupándosela con deseo, otra vez como si me follara la boca.
- Trágate toda mi leche, trágatela - me dijo Manu
Pero su corrida salió tan fuerte que me manchó toda la cara, y me relamí para coger todo el semen posible. Me acerqué de nuevo a su polla y la pajeé un buen rato hasta que salió todo.
Agotada, me tumbé en la cama mientras él terminaba de correrse sobre mis tetas y mi cara.
Cuando hablamos, me cuenta cómo se pajea terriblemente con ese vídeo, y cuando lo veo yo me entran unas ganas de follar terribles, así que me busco algún ligue con el que desahogarme.
miércoles, 18 de abril de 2012
La chupapollas de la discoteca
Un día, mi amiga Celia y yo, y un poco borrachas en una discoteca, nos retamos para ver quién conseguía chupar más pollas esa noche. Aún era pronto, así que teníamos toda la noche por delante.
Me bastó con acercarme sensualmente a un tío, exagerar mi borrachera y desabrocharme dos botones para que cayera ante mí. Le propuse al oído ir al baño para hacer "cosas sucias" y acudimos.
Entramos en uno de los individuales y le desabroché los pantalones sensualmente, para después bajarle los calzoncillos. Aún no la tenía muy dura, y no era demasiado grande, pero me arrodillé y la tomé en mis manos. Empecé a chuparle la puntita muy suave, y cada vez me iba metiendo la polla más en la boca. Sentí como crecía y se ponía durita. Mientras se la chupaba le miré, poniendo cara de salida y haciéndolo despacio, con pequeños "mm" y cara de apetecerme chupársela. La verdad es que empezaba a estar un poco excitada. Empecé a mojar mi tanga mientras se la chupaba, ahora con más fuerza por mi excitación. Tener una polla en mi boca me hacía sentir bien y verle disfrutar aún más. Pero antes de que pudiera disfrutarlo más se corrió, y todo su semen se repartió entre mi boca y mis tetas, que estaban casi al descubierto.
Me levanté y me restregué un poco contra él, poniéndole las tetas llenas de lefa en la cara y juntando su pene con mi entrepierna. Tenía que seguir con la apuesta, y con un chico que tuviera más aguante.
Salí del baño y en los lavabos me encontré a otro chaval de bastante buen ver. Cuando el otro chico se fue, lanzada, fui hacia él y le rodeé, haciendo que me viera.
- Hola, guapa - me dijo - ¿Qué haces en este baño? Creo que no es el adecuado.
- Soy muy traviesa - dije guiñando el ojo.
- Ya veo...he supuesto qué le hacías a ese chico.
Mi borrachera y mi excitación hicieron el resto.
- Puedo hacértelo si quieres - dije.
Allí fuera empecé a bajarle todo con rapidez y tomé su polla enorme entre mis manos. Empecé a masturbarle hasta que se le puso dura, y me empujó la cabeza para que me la metiera en la boca. Me lo llenaba todo, y me la sacaba y metía al ritmo de la música que sonaba fuera. Él me apretaba la cabeza con deseo. Me la saqué y la puse entre mis enormes tetas. De repente otro chico entró, pero yo estaba tan caliente que seguí.
- Dani, ven aquí - dijo el chaval al que le estaba masturbando, llamando al otro.
- Te están haciendo un apaño, ¿eh? - el otro chico hablaba como si estuviera muy borracho.
- ¿Qué te parece mi amigo, nena? - me preguntó el primero.
Recordé la apuesta con Celia, y visto que estaba tan fácil, acepté.
- Me parece que se la voy a tener que chupar también.
El tal Dani se bajó todo y empezó a tocarse y enseñarme su polla, más pequeña que la que estaba masturbando yo, pero aún así de buen ver, y muy ancha. Me volví a meter la polla que tenía entre las tetas en la boca, y chupé con más fuerza mientras el chico gemía.
- Dame un poquito, puta - dijo Dani.
Me la saqué de la boca y me metí la de Dani, aún más caliente y más ancha. Con las manos masturbaba al otro.
- Estoy tan caliente, correos en mi boca - les pedí ansiosa, con el coño chorreando de necesidad.
Me volví a meter la primera polla en la boca, y él me apretó aún más hasta que sentí su leche bajando por mi garganta. Se la chupé toda y volví a la de Dani. La chupaba y masturbaba a la vez, pasando mi lengua por la puntita y luego por el final, acariciándole los huevos y mirándole sensualmente. Después de un rato se corrió y volví a tragarme todo el semen mientras ponía cara de puta.
- ¿Cómo te llamas? - me preguntó el primer chico.
- Sheila, corazón - dije.
- Yo soy Max. ¿Sigues con ganas de chupar, nena?
Mi coño seguía pidiendo bambo, y yo quería chupar más antes de ponerme tan cachonda que tuviera que follarme a alguno, necesitaba superar a Celia. Orgullo y que me gustaba ser tan deseada.
- Claro - respondí guiñando un ojo.
- ¿Qué tal si lo haces con unos amigos nuestros? Se llaman Juan y Óscar.
Accedí y ellos me sacaron del baño. Volvimos a la discoteca y me presentaron a sus dos amigos. Estaban de buen ver, como Max y Dani.
Después de invitarme a un par de cubatas me sacaron de allí y me llevaron al habitación del hotel de dos de ellos, donde estaban pasando las vacaciones.
Max decidió que se masturbaría hasta que se le pusiera dura para seguir con la acción y Óscar y Juan me pidieron que se la chupara nada más llegar. Se sentaron en la cama junto a Dani y yo me arrodillé en el suelo.
Me metí primero la de Óscar, grande y no muy ancha, mientras acariciaba sus huevos con una mano, y con la otra toqué la de Juan para que se pusiera más durita. Cuando Óscar empezó a gemir yo me pasé a la de Juan, la más grande de aquella noche. Chupé con ganas y muy muy rápido, y él me empujaba aún más la cabeza. Me estaban tratando como una puta, pero me daba igual. Óscar me pidió volver y Dani se impacientaba, pero volví con Óscar y se la chupé otro rato. Él me quitó la camisa y me dejó en sujetador, enseñando mucho. Me empezó a tocar las tetas y me puse aún más caliente.
Fui a por Dani.
- Póntela entre las tetas como antes.
Hice lo que me pidió y masturbé su polla con mis tetas, viendo como gemía de placer.
- Ponte a cuatro patas, zorrilla - me pidió Max, que había vuelto y estaba detrás de mí.
Estaba tan caliente que le hice caso. No dejé de chupar la de Dani mientras sentía que Max me metía la polla por el culo. Estaba tan lubricada que incluso me entró bien su enorme pollón. Una vez dentro empezó a ir más fuerte mientras me daba azotes. Dani se corrió y se me cayó por las tetas. Óscar y Juan querían más, pero Max les pidió que esperaran. Al poco tiempo noté su corrida en mi culo, y ansiosa de más me senté encima de la de Juan, la más grandota. Me entró por el coño de una sola vez y solté un gemido altísimo que les excitó. Juan y yo nos tumbamos en la cama y Óscar aprovechó para metermela por el culo otra vez. Ya estaba acostumbrada y disfruté como una perra. Sentía las dos pollas dentro de mí, especialmente la de Juan, saliendo y entrando muy rápidamente de mi coño mojado por completo. Los dos aguantaban bastante, y tras un buen rato la de Max y Dani volvía a estar lista. Con Juan y Óscar dandome caña Max se acercó y me la metió en la boca. Dani se puso a mi lado y le masturbé con una sola mano, pero era una paja bien hecha. Óscar se corrió y su corrida bajó por mi coño, mientras Max se corría también y toda su lechita caía de mi coño saciado. Estallé en un orgasmo y quise gemir pero Max, ya cansado, se volvió a correr en mi boca. Dani también cansado se corrió en mis tetas.
Estaba tan satisfecha que se las chupé uno a uno, cogiendo cada gotita de semen.
Esa noche me follaron genial, y había chupado cinco pollas, un buen número.
Me bastó con acercarme sensualmente a un tío, exagerar mi borrachera y desabrocharme dos botones para que cayera ante mí. Le propuse al oído ir al baño para hacer "cosas sucias" y acudimos.
Entramos en uno de los individuales y le desabroché los pantalones sensualmente, para después bajarle los calzoncillos. Aún no la tenía muy dura, y no era demasiado grande, pero me arrodillé y la tomé en mis manos. Empecé a chuparle la puntita muy suave, y cada vez me iba metiendo la polla más en la boca. Sentí como crecía y se ponía durita. Mientras se la chupaba le miré, poniendo cara de salida y haciéndolo despacio, con pequeños "mm" y cara de apetecerme chupársela. La verdad es que empezaba a estar un poco excitada. Empecé a mojar mi tanga mientras se la chupaba, ahora con más fuerza por mi excitación. Tener una polla en mi boca me hacía sentir bien y verle disfrutar aún más. Pero antes de que pudiera disfrutarlo más se corrió, y todo su semen se repartió entre mi boca y mis tetas, que estaban casi al descubierto.
Me levanté y me restregué un poco contra él, poniéndole las tetas llenas de lefa en la cara y juntando su pene con mi entrepierna. Tenía que seguir con la apuesta, y con un chico que tuviera más aguante.
Salí del baño y en los lavabos me encontré a otro chaval de bastante buen ver. Cuando el otro chico se fue, lanzada, fui hacia él y le rodeé, haciendo que me viera.
- Hola, guapa - me dijo - ¿Qué haces en este baño? Creo que no es el adecuado.
- Soy muy traviesa - dije guiñando el ojo.
- Ya veo...he supuesto qué le hacías a ese chico.
Mi borrachera y mi excitación hicieron el resto.
- Puedo hacértelo si quieres - dije.
Allí fuera empecé a bajarle todo con rapidez y tomé su polla enorme entre mis manos. Empecé a masturbarle hasta que se le puso dura, y me empujó la cabeza para que me la metiera en la boca. Me lo llenaba todo, y me la sacaba y metía al ritmo de la música que sonaba fuera. Él me apretaba la cabeza con deseo. Me la saqué y la puse entre mis enormes tetas. De repente otro chico entró, pero yo estaba tan caliente que seguí.
- Dani, ven aquí - dijo el chaval al que le estaba masturbando, llamando al otro.
- Te están haciendo un apaño, ¿eh? - el otro chico hablaba como si estuviera muy borracho.
- ¿Qué te parece mi amigo, nena? - me preguntó el primero.
Recordé la apuesta con Celia, y visto que estaba tan fácil, acepté.
- Me parece que se la voy a tener que chupar también.
El tal Dani se bajó todo y empezó a tocarse y enseñarme su polla, más pequeña que la que estaba masturbando yo, pero aún así de buen ver, y muy ancha. Me volví a meter la polla que tenía entre las tetas en la boca, y chupé con más fuerza mientras el chico gemía.
- Dame un poquito, puta - dijo Dani.
Me la saqué de la boca y me metí la de Dani, aún más caliente y más ancha. Con las manos masturbaba al otro.
- Estoy tan caliente, correos en mi boca - les pedí ansiosa, con el coño chorreando de necesidad.
Me volví a meter la primera polla en la boca, y él me apretó aún más hasta que sentí su leche bajando por mi garganta. Se la chupé toda y volví a la de Dani. La chupaba y masturbaba a la vez, pasando mi lengua por la puntita y luego por el final, acariciándole los huevos y mirándole sensualmente. Después de un rato se corrió y volví a tragarme todo el semen mientras ponía cara de puta.
- ¿Cómo te llamas? - me preguntó el primer chico.
- Sheila, corazón - dije.
- Yo soy Max. ¿Sigues con ganas de chupar, nena?
Mi coño seguía pidiendo bambo, y yo quería chupar más antes de ponerme tan cachonda que tuviera que follarme a alguno, necesitaba superar a Celia. Orgullo y que me gustaba ser tan deseada.
- Claro - respondí guiñando un ojo.
- ¿Qué tal si lo haces con unos amigos nuestros? Se llaman Juan y Óscar.
Accedí y ellos me sacaron del baño. Volvimos a la discoteca y me presentaron a sus dos amigos. Estaban de buen ver, como Max y Dani.
Después de invitarme a un par de cubatas me sacaron de allí y me llevaron al habitación del hotel de dos de ellos, donde estaban pasando las vacaciones.
Max decidió que se masturbaría hasta que se le pusiera dura para seguir con la acción y Óscar y Juan me pidieron que se la chupara nada más llegar. Se sentaron en la cama junto a Dani y yo me arrodillé en el suelo.
Me metí primero la de Óscar, grande y no muy ancha, mientras acariciaba sus huevos con una mano, y con la otra toqué la de Juan para que se pusiera más durita. Cuando Óscar empezó a gemir yo me pasé a la de Juan, la más grande de aquella noche. Chupé con ganas y muy muy rápido, y él me empujaba aún más la cabeza. Me estaban tratando como una puta, pero me daba igual. Óscar me pidió volver y Dani se impacientaba, pero volví con Óscar y se la chupé otro rato. Él me quitó la camisa y me dejó en sujetador, enseñando mucho. Me empezó a tocar las tetas y me puse aún más caliente.
Fui a por Dani.
- Póntela entre las tetas como antes.
Hice lo que me pidió y masturbé su polla con mis tetas, viendo como gemía de placer.
- Ponte a cuatro patas, zorrilla - me pidió Max, que había vuelto y estaba detrás de mí.
Estaba tan caliente que le hice caso. No dejé de chupar la de Dani mientras sentía que Max me metía la polla por el culo. Estaba tan lubricada que incluso me entró bien su enorme pollón. Una vez dentro empezó a ir más fuerte mientras me daba azotes. Dani se corrió y se me cayó por las tetas. Óscar y Juan querían más, pero Max les pidió que esperaran. Al poco tiempo noté su corrida en mi culo, y ansiosa de más me senté encima de la de Juan, la más grandota. Me entró por el coño de una sola vez y solté un gemido altísimo que les excitó. Juan y yo nos tumbamos en la cama y Óscar aprovechó para metermela por el culo otra vez. Ya estaba acostumbrada y disfruté como una perra. Sentía las dos pollas dentro de mí, especialmente la de Juan, saliendo y entrando muy rápidamente de mi coño mojado por completo. Los dos aguantaban bastante, y tras un buen rato la de Max y Dani volvía a estar lista. Con Juan y Óscar dandome caña Max se acercó y me la metió en la boca. Dani se puso a mi lado y le masturbé con una sola mano, pero era una paja bien hecha. Óscar se corrió y su corrida bajó por mi coño, mientras Max se corría también y toda su lechita caía de mi coño saciado. Estallé en un orgasmo y quise gemir pero Max, ya cansado, se volvió a correr en mi boca. Dani también cansado se corrió en mis tetas.
Estaba tan satisfecha que se las chupé uno a uno, cogiendo cada gotita de semen.
Esa noche me follaron genial, y había chupado cinco pollas, un buen número.
martes, 3 de abril de 2012
De vacaciones
El verano pasado mi amiga Celia y yo pusimos rumbo a la playa, en pleno julio. Debido a que había estado enferma los días anteriores hacía mucho que no salía, y tenía ganas de fiesta, y sobre todo, de chicos. Nadie nos conocía, y Celia está tan salida como yo.
El primer día me quedé en el hotel mientras Celia salía por ahí debido a que me dio dolor de cabeza, y cuando volvió por la noche, creyendo que yo estaba dormida, se trajo a un inglés que se llamaba Martin a la habitación. Oí como se tumbaban en la cama y los gemidos tímidos al principio de Celia.
Sus delicados "oohh" y "sigue, sigue" me pusieron cachondísima, igual que el sonido de la polla del inglés chocando contra su coño. Bajé mi mano hasta la entrepierna y empecé a tocarme, metiéndome los dedos. Solté un pequeño gemido y Celia se enteró.
- Puedes venir con nosotros, Sheila - me dijo.
Me levanté y el inglés se quedó atónico ante mis tetas, sólo llevaba puestas unas braguitas rosas. Miré su polla y me relamí para ponerle cachondo. Me tumbé al lado de Celia y ella empezó a lamerme las tetas, poniendo su culo delante del inglés. Este la agarró por el culo y empezó a darla azotes, mientras le metía la polla poco a poco.
Celia empezó a gemir más y más fuerte como una zorra y susurrando "sí, sí, sigue, sigue". Yo esperé impaciente mientras mi coño se iba poniendo más y más mojado. El inglés la sacó y se dirigió a mí. Me puse delante de él y le puse las tetas en la cara, él me montó y me metió la polla bien hondo. Le miré a los ojos mientras lo hacía y puse toda la cara de zorrona que pude. Me encanta ponerles cachondos así.
Celia me giró hacia ella y me besó con lengua, luego en el cuello y luego en las tetas. El inglés cada vez me montaba más rápido hasta que se corrió sin durar demasiado. Celia y yo nos agachamos hasta su polla flácida y empezamos a lamérsela a la vez, mientras la tocábamos y la poníamos dura como una piedra. Chupábamos lento y luego rápido, metiéndonosla por turnos en la boca o chupando a la vez. Celia se puso tan cachonda que se echó encima de mí y me hizo la tijera, apretada fuerte contra mí. Me di la vuelta y la dejé debajo, momento que aprovechó el inglés para metérmela por el culo de un golpe. Grité de placer y Celia me acompañó, mientras me tocaba las tetas y me chupaba el pezón. Exploté en un orgasmo mientras el inglés seguía dandome por el culo sin parar, rápido y chocando sus huevos contra mí. Ese sonido me ponía tan cachonda que no lo pude resistir.
Antes de que él se corriera me levanté de encima de Celia y me metí su polla de nuevo en la boca, tragándome toda la corrida. Luego me dirigí a Celia y la comí el coño, chupando con ansia y haciendo que se retorciera de placer ante mí. El inglés la tenía un poco dura de nuevo ante ese espectáculo, y se la cascó muy rápido sin dejar de mirarnos. Celia se corrió gimiendo como una puta y el inglés ponía cara de orgasmo de nuevo.
Sin querer quedarse sin su corrida Celia se puso enfrente del inglés y se echó su corrida por la cara y el cuerpo, lamiéndose los labios después.
El chaval no podía con más, y Celia y yo nos habíamos quedado satisfechas con el sexo.
El primer día me quedé en el hotel mientras Celia salía por ahí debido a que me dio dolor de cabeza, y cuando volvió por la noche, creyendo que yo estaba dormida, se trajo a un inglés que se llamaba Martin a la habitación. Oí como se tumbaban en la cama y los gemidos tímidos al principio de Celia.
Sus delicados "oohh" y "sigue, sigue" me pusieron cachondísima, igual que el sonido de la polla del inglés chocando contra su coño. Bajé mi mano hasta la entrepierna y empecé a tocarme, metiéndome los dedos. Solté un pequeño gemido y Celia se enteró.
- Puedes venir con nosotros, Sheila - me dijo.
Me levanté y el inglés se quedó atónico ante mis tetas, sólo llevaba puestas unas braguitas rosas. Miré su polla y me relamí para ponerle cachondo. Me tumbé al lado de Celia y ella empezó a lamerme las tetas, poniendo su culo delante del inglés. Este la agarró por el culo y empezó a darla azotes, mientras le metía la polla poco a poco.
Celia empezó a gemir más y más fuerte como una zorra y susurrando "sí, sí, sigue, sigue". Yo esperé impaciente mientras mi coño se iba poniendo más y más mojado. El inglés la sacó y se dirigió a mí. Me puse delante de él y le puse las tetas en la cara, él me montó y me metió la polla bien hondo. Le miré a los ojos mientras lo hacía y puse toda la cara de zorrona que pude. Me encanta ponerles cachondos así.
Celia me giró hacia ella y me besó con lengua, luego en el cuello y luego en las tetas. El inglés cada vez me montaba más rápido hasta que se corrió sin durar demasiado. Celia y yo nos agachamos hasta su polla flácida y empezamos a lamérsela a la vez, mientras la tocábamos y la poníamos dura como una piedra. Chupábamos lento y luego rápido, metiéndonosla por turnos en la boca o chupando a la vez. Celia se puso tan cachonda que se echó encima de mí y me hizo la tijera, apretada fuerte contra mí. Me di la vuelta y la dejé debajo, momento que aprovechó el inglés para metérmela por el culo de un golpe. Grité de placer y Celia me acompañó, mientras me tocaba las tetas y me chupaba el pezón. Exploté en un orgasmo mientras el inglés seguía dandome por el culo sin parar, rápido y chocando sus huevos contra mí. Ese sonido me ponía tan cachonda que no lo pude resistir.
Antes de que él se corriera me levanté de encima de Celia y me metí su polla de nuevo en la boca, tragándome toda la corrida. Luego me dirigí a Celia y la comí el coño, chupando con ansia y haciendo que se retorciera de placer ante mí. El inglés la tenía un poco dura de nuevo ante ese espectáculo, y se la cascó muy rápido sin dejar de mirarnos. Celia se corrió gimiendo como una puta y el inglés ponía cara de orgasmo de nuevo.
Sin querer quedarse sin su corrida Celia se puso enfrente del inglés y se echó su corrida por la cara y el cuerpo, lamiéndose los labios después.
El chaval no podía con más, y Celia y yo nos habíamos quedado satisfechas con el sexo.
jueves, 29 de marzo de 2012
Sheila La Loba
Hola, soy Sheila, y voy a contaros en este blog algunas de mis experiencias sexuales más calientes. Podéis comentar diciendo qué tal os parece o qué cosas podría probar, y si lo hago, os contaré qué tal me ha ido, ¡participad!
Hoy os voy a contar uno de los mejores polvos que he tenido, a ver qué os parece.
Era un sábado por la noche y mi amiga Victoria me había presentado a un bombón amigo suyo, diciendo que congeniaríamos. Pronto él empezó a ligar conmigo en la discoteca en la que estábamos, y sin resistirme a su cuerpo le besé con fuerza. Ambos nos fuimos a su apartamento y me tumbó en la cama. Mi chocho ya estaba caliente y quería sexo. Me desnudé.
- ¿Quieres mi polla? - me preguntó. Se bajó los pantalones y los bóxers y me descubrió un enorme pollón casi erecto.
Para complacerle, la cogí y me la metí en la boca, chupándola bien, primero con delicadeza y luego con más fiereza, soltando pequeños gemidos.
- Chúpamela, chúpamela - decía él.
Seguí chupándosela mientras se iba poniendo más y más dura, y yo más y más caliente. Me empujaba para que me la tragara bien. A la vez que se la chupaba, se la cogía con las manos y le hacía una paja. Tras mucho chupar y sin avisarme, se corrió en mi boca soltando mucho semen y yo me lo tragué, dejando que el resto de la corrida me pasara por la cara y por las tetas.
Me tumbé, abrí las piernas y le rodeé, él se acercó y me metió toda su polla por mi coño ardiente y cachondo. Le dije que me dijera cosas guarras, eso me pone mucho.
- Fóllame, fóllame - le grité - Fóllame como una puta, sigue, sigue.
Mis gemidos le ponían caliente, yo gemía como una auténtica zorra y su polla entraba y salía de mí muy rápido. Me toqué las tetas mientras su polla seguía dándome placer sin parar.
- ¿Quieres más rápido, zorra? ¿Te meto la polla más duro, putilla?
- Sí, sí, más, más.
Su enorme pollón entraba y salía de mi coño muy rápido y muy caliente, y gemí y gemí.
- Tienes las tetas muy grandes y sabrosas - me dijo
Me las empezó a chupar mientras no dejaba de embestirme con fuerza y hacerme gemir como una zorra, suplicando más y más sin parar. De pronto se levantó aunque yo quería más, y le puse mi cara de putón para que siguiera, pero me dio la vuelta y me dijo que me pusiera a cuatro patas. Lo hice, mostrándole mi culito y él me empezó a meter la polla poco a poco. Noté como entraba y me mordí los labios de placer, soltando pequeños "mmm" de gusto. Ya la tenía dentro entera y poco a poco el chico empezó a ir más rápido. Mis tetas se movían mucho y él me las agarraba y magreaba.
- Tienes una cara de zorra impresionante, me pones mucho, guarra, te voy a follar como nadie lo ha hecho.
Empecé a gemir más fuerte para excitarle hasta que noté de nuevo su corrida. Cuando me la sacó me di la vuelta y me la metí en la boca mientras le miraba a los ojos, chupando los restos de su semen. Se la seguí chupando hasta que la noté dura de nuevo y le tumbé en la cama. Me senté sobre él y me la metí hasta el fondo de un golpe. Puse más cara de calentorra y me toqué las tetas. Empecé a cabalgarle soltando pequeños gritos ahogados cada vez más fuertes. Mis tetas botaban y él me azotaba el culo. Acabé gimiendo como una loca y pidiendo más y más. Me corrí de puro placer llegando al orgasmo y el chico excitado por mis gritos y mis enormes tetas me siguió follando un rato, hasta que sin resistirlo más se corrió por tercera vez.
Fue una noche fantástica y me follaron genial.
Hoy os voy a contar uno de los mejores polvos que he tenido, a ver qué os parece.
Era un sábado por la noche y mi amiga Victoria me había presentado a un bombón amigo suyo, diciendo que congeniaríamos. Pronto él empezó a ligar conmigo en la discoteca en la que estábamos, y sin resistirme a su cuerpo le besé con fuerza. Ambos nos fuimos a su apartamento y me tumbó en la cama. Mi chocho ya estaba caliente y quería sexo. Me desnudé.
- ¿Quieres mi polla? - me preguntó. Se bajó los pantalones y los bóxers y me descubrió un enorme pollón casi erecto.
Para complacerle, la cogí y me la metí en la boca, chupándola bien, primero con delicadeza y luego con más fiereza, soltando pequeños gemidos.
- Chúpamela, chúpamela - decía él.
Seguí chupándosela mientras se iba poniendo más y más dura, y yo más y más caliente. Me empujaba para que me la tragara bien. A la vez que se la chupaba, se la cogía con las manos y le hacía una paja. Tras mucho chupar y sin avisarme, se corrió en mi boca soltando mucho semen y yo me lo tragué, dejando que el resto de la corrida me pasara por la cara y por las tetas.
Me tumbé, abrí las piernas y le rodeé, él se acercó y me metió toda su polla por mi coño ardiente y cachondo. Le dije que me dijera cosas guarras, eso me pone mucho.
- Fóllame, fóllame - le grité - Fóllame como una puta, sigue, sigue.
Mis gemidos le ponían caliente, yo gemía como una auténtica zorra y su polla entraba y salía de mí muy rápido. Me toqué las tetas mientras su polla seguía dándome placer sin parar.
- ¿Quieres más rápido, zorra? ¿Te meto la polla más duro, putilla?
- Sí, sí, más, más.
Su enorme pollón entraba y salía de mi coño muy rápido y muy caliente, y gemí y gemí.
- Tienes las tetas muy grandes y sabrosas - me dijo
Me las empezó a chupar mientras no dejaba de embestirme con fuerza y hacerme gemir como una zorra, suplicando más y más sin parar. De pronto se levantó aunque yo quería más, y le puse mi cara de putón para que siguiera, pero me dio la vuelta y me dijo que me pusiera a cuatro patas. Lo hice, mostrándole mi culito y él me empezó a meter la polla poco a poco. Noté como entraba y me mordí los labios de placer, soltando pequeños "mmm" de gusto. Ya la tenía dentro entera y poco a poco el chico empezó a ir más rápido. Mis tetas se movían mucho y él me las agarraba y magreaba.
- Tienes una cara de zorra impresionante, me pones mucho, guarra, te voy a follar como nadie lo ha hecho.
Empecé a gemir más fuerte para excitarle hasta que noté de nuevo su corrida. Cuando me la sacó me di la vuelta y me la metí en la boca mientras le miraba a los ojos, chupando los restos de su semen. Se la seguí chupando hasta que la noté dura de nuevo y le tumbé en la cama. Me senté sobre él y me la metí hasta el fondo de un golpe. Puse más cara de calentorra y me toqué las tetas. Empecé a cabalgarle soltando pequeños gritos ahogados cada vez más fuertes. Mis tetas botaban y él me azotaba el culo. Acabé gimiendo como una loca y pidiendo más y más. Me corrí de puro placer llegando al orgasmo y el chico excitado por mis gritos y mis enormes tetas me siguió follando un rato, hasta que sin resistirlo más se corrió por tercera vez.
Fue una noche fantástica y me follaron genial.
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